¿Es posible pensar en poemas de amor y no acordarse de Federico García Lorca? El amor -o el miedo a no encontrarlo, o peor, a perderlo- es una constante en su obra (dramático-poética o al revés, que tanto da)
"Herido de amor" es un poema que aparece en Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, una de las "farsas para personas". En este caso, se trata de un amor muy generoso: Perlimplín ama sabiendo que jamás será correspondido por la hermosa Belisa. Y todas sus energías están al servicio de que ella pueda ver cumplido su amor con el joven de la capa roja...
"Herido de amor" es un poema que aparece en Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, una de las "farsas para personas". En este caso, se trata de un amor muy generoso: Perlimplín ama sabiendo que jamás será correspondido por la hermosa Belisa. Y todas sus energías están al servicio de que ella pueda ver cumplido su amor con el joven de la capa roja...
Los dos poemas que vienen a continuación pertenecen a la obra de madurez del poeta. Diván del Tamarit es una obra que explora en las raíces de la poesía árabe mediante algunas de sus formas estróficas como las "gacelas" y las "casidas". Los Sonetos del amor oscuro son un ejercicio de contención en la forma , pero desbordante de todos los estados y matices que ofrece el amor. (San Juan, Garcilaso, también están ahí...)
Amor, amor,
que está herido,
herido,de amor huido.
Herido,muerto de amor.
Decid a todos que ha sido el ruiseñor.
Herido,
muerto de amor.
Bisturí de cuatro filos,
garganta rota,
y olvido.
Cógeme la mano, amor,
que vengo muy malherido,
herido,
de amor huido.
Herido,
muerto de amor.
GACELA DEL AMOR DESESPERADO
La noche no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.
Pero yo iré
aunque un sol de alacranes me coma la sien.
Pero tú vendrás
con la lengua quemada por la lluvia de sal.
El día no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.
Pero yo iré
entregando a los sapos mi mordido clavel.
Pero tú vendrás
por las turbias cloacas de la oscuridad.
Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tú mueras por mí.
La noche no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.
Pero yo iré
aunque un sol de alacranes me coma la sien.
Pero tú vendrás
con la lengua quemada por la lluvia de sal.
El día no quiere venir
para que tú no vengas
ni yo pueda ir.
Pero yo iré
entregando a los sapos mi mordido clavel.
Pero tú vendrás
por las turbias cloacas de la oscuridad.
Ni la noche ni el día quieren venir
para que por ti muera
y tú mueras por mí.
SONETO DE LA DULCE QUEJA
Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.
Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.
Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,
no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.
Sonetos del amor oscuro
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