miércoles, 29 de abril de 2009

LÁTEX RUBIO



-Cariño, ¿has cogido las llaves?...
-Sí, aquí están, espera un momento…
-¡Pero, qué estás haciendo! Tengo que tocar en una hora y todavía tenemos que llegar y todo…
-¡Es solo un momento!, no encuentro la pulsera que me regaló tu madre.
-¡Llegamos tarde, déjala!
-¡Aquí esta! ¡Vamos!
-Dios… -Cerró la puerta.
Un matrimonio sale corriendo de su casa. Tienen prisa. El marido, Juanjo, de aspecto fornido, ojos azules, con una edad de unos treinta y dos años, es pianista y tiene que dar un recital muy importante esta noche. Su mujer, Clara, de unos treinta años, rubia, de tez clara y ojos azules, le acompaña.
-Llama al ascensor –Dijo Clara mientras se colocaba la pulsera.
Juanjo, relatando por salir tarde de casa, pulsó el botón. Escasos dos minutos, el ascensor llegó y la pareja subió en él. Mientras se cerraban las puertas oyeron una voz ronca que provenía de afuera y gritaba que les aguardara. De repente, una mano vieja con arrugas, bloqueó las puerta y éstas se volvieron a abrir. En el descansillo se vio a un hombre mayor, de unos cincuenta y dos años, con escaso pelo canoso en su cabeza y unas gafas que le cubrían todo su viejo rostro. Entró al ascensor sin decir palabra alguna, se cerraron las puertas y este empezó a descender.

-Disculpen –Dijo el señor en voz baja, disimulando con tos.
-Nada, no se preocupe – le contestó Juanjo seriamente. Hubo un silencio.
-Oye, nunca os había visto por aquí, ¿sois del edificio? -preguntó el señor rompiendo el hielo.
-Sí –Contesto Juanjo- Somos vuestros vecinos de al lado.
-¡Anda!, encantado me llamo Santiago.
-Yo soy Juanjo y ella es mi mujer Clara - Se saludaron entre sí-
Llegaron al piso de abajo. Santiago se adelantó abriendo la puerta del portal y sujetándola cortésmente para que pasaran. La pareja les dio las gracias, salieron a la calle y se despidieron. Santiago se fue por el lado contrario, pero enseguida retrocedió y alcanzó a la pareja.
-Disculpen de nuevo -le dio unos golpecitos en la espalda a Juanjo- lo siento por lo del ascensor, ¿os gusta el fútbol?, mañana hay un partido y mi mujer prepara unas magdalenas para chuparse los dedos. Si os apetece venir…
-Cariño, ¿tenemos algo que hacer mañana? –Le preguntó Juanjo a Clara.
-No, creo que no…-respondió un poco molesta.
-Entonces, allí estaremos- contestó Juanjo.
-¡Estupendo! Buenas noches, hasta mañana. Se despidió de la pareja.
-Ábreme la puerta –dijo Clara, con Juanjo ya dentro del coche.
-Ya, pasa. Clara entró y se sentó en la parte del acompañante. Juanjo la notó un poco mosqueada y no dudó en preguntarla.
-¿Te preocupa algo? Ya sé que es mucho estrés y he estado un poco borde hoy, pero lograremos pasar de esta noche, tampoco llegamos tan ¡tan! tarde.
-No, no es por eso, sino por mañana, los vecinos…Juanjo arrancó el coche
-¡Buah! También yo accedí de primeras por quitármelo un poco de encima, pero seguro que son buena gente: No salimos mucho con otras personas y nos lo pasaremos bien, ya lo verás. -¡Tú, que vas a ver el fútbol! ¿Has visto lo viejo que es? ¿Cómo tendrá que ser su esposa? La verdad, paso de estar más de una hora con una abuela hablándome de ganchillo y de cómo preparar magdalenas, ya he tenido suficiente por hoy; encima, no sé qué ponerme…

Juanjo pisó el acelerador y sonrió a Clara.
-¡Santiago!, ¡Santiago! ¿ya volviste?
-Si cariñin,, ya estoy aquí. Por la puerta se vio a una mujer pelirroja de unos cuarenta y dos años, con una gran verruga en el moflete izquierdo, llamada Olga. Estaba fumando.
-¿Lo has conseguido?- Le preguntó Olga a Santiago entusiasmada.
-Por supuesto.
-¡Bien! ¡Bien! ¡Bien!Y ya tenemos todo el material, ¿no?
-Exacto, traje anoche todo lo del furgón y los investigué bien para saber sus gustos.
-¡Pero no es suficiente! ¡No creo que sea suficiente con solo rebuscar en su basura! ¡Hay que saberlo todo! Entiéndeme, cariño…no quiero coger ninguna enfermedad, quiero hacerlo contigo, aquí, con su ayuda, entiéndeme, no quiero no saber quién es.
-Te entiendo.
-Oh, abrázame, vamos a ser tan felices.
La pareja se abrazó por un buen porvenir.
A la tarde siguiente:
-¡Ding, dong!
Santiago miró por la mirilla, eran Juanjo y Clara. Abrió la puerta y los invitó a pasar. Habían traído unos pastelitos; Santiago les dijo que no tenían por qué haberse molestado, que era todo un detalle por su parte.Los presentó a Olga y fueron hacia el salón. Juanjo no se lo podía creer, tenían una televisión de plasma gigante, pero lo que más trajo su atención fue un mueble lleno de libros con el símbolo de Deutsche Grammophon, en los que pudo leer como títulos a grandes compositores.

-¿Le gusta la música clásica?-Le preguntó Juanjo a Santiago absorto mirando los libros.
-¡Me encanta!Bueno, nos encanta a Olga y a mí.
-Si, creo que nos llevaremos fenomenal- les sonrió Juanjo- soy pianista.
-¿¡Enserio!? ¿Cuánto tiempo lleva tocando?
-Desde pequeño, ayer mismamente cuando nos encontramos en el ascensor, que llevábamos tanta prisa era porque iba a dar un recital.
-Lo siento, y yo les hice perder tiempo, ahora sí que me siento mal.
-No se preocupe, hombre, si no, no nos hubiéramos conocido. Olga y Santiago se miraron pícaramente el uno al otro.
-Vamos, que empieza el partido -dijo Santiago- ya habrá tiempo después para la música. Los matrimonios se sentaron en el sofá, Santiago saco unas cervezas de la nevera y algo de picar, patatas, panchitos y unas aceitunas. Empezó el partido y resultó ser que Santiago y Juanjo eran del mismo equipo. Las mujeres, aburridas, se fueron a la cocina e intimaron muy pronto: hablaron de moda, de series televisivas, de cómo fueron sus bodas, de hijos, etc.
-Espera un momento, voy a por los álbumes familiares- Le dijo Clara a Olga entusiasmada
- Juanji, voy un momento a casa.
-De acuerdo –la hizo un gesto con la mano mirando fijamente a la televisión. Clara salió al descansillo cuando en el partido marcó un gol el equipo de Juanjo y Santiago: los gritos de alegría se oyeron por todo el edifico.

Terminó el partido, 5-0, ¡habían ganado!, los festejos de los goles habían sido de lo más graciosos, hasta en uno hicieron una conga los cuatro por toda la casa.Después del partido Juanjo y Santiago se quedaron hablando de música clásica y Clara y Olga mantenían con los álbumes la conversación acerca de las familias.
-Lo ves, -le enseñaba Clara su álbum familiar.
-Es verdad, todas rubias, ¡sorprendente! -exclamó Olga- En mi familia al revés, todas castañas, menos mi prima, que es teñida.Se rieron. -Pero no te creas, en mi familia, bueno, pero en la de Juanjo, todas las niñas rubias, todas, todas, espera, que te enseño su álbum. La velada terminó a casi las tres de la mañana, se despidieron, y Juanjo y Clara se fueron a su casa.
-¡Dios, que noche! –Dijo Juanjo- no me lo había pasado tan bien en siglos. Sí, pese a su edad están llenos de energía, y qué va, ni ganchillo ni magdalenas, hemos hablado de moda, de la familia, de series de televisión, de niños…y encima es que casi tenemos los mismos gustos, por no decir los mismos.
-A mí me pasa igual, tenemos gustos muy parecidos acerca de la música; he mantenido una conversación muy interesante con Santiago acerca de Scriabin. Son fantásticos, y saber que teníamos gente así al lado de casa; cómo es la vida... Y así que…. –Dijo Juanjo cambiando el tono de voz a uno más suave, juguetón, mirando a Clara, acercándose cada vez más a ella– has hablado con Olga, sobre niños, ¿eh?.

Clara sonrió, Juanjo la cogió de brazos como en una boda y se la llevo a la cama riendo los dos.
-¡Dios, estoy molida!, son unos pesados, sobre todo la mujer- dijo Olga desplomándose en un sillón.
- Ni que lo digas, he estado meses espiándolos, estudiándolos, me he tenido que aprender las asquerosas biografías de los más grandes compositores de la música clásica, he tenido que escuchar sus estridentes obras, me he tenido que cambiar de equipo de fútbol, rebuscar en su cubo de basura, robar material de mis compañeros, para que todo saliera bien, y ya, ¡ya estoy cansado! -relataba Santiago a su mujer-
-Pero cariño -se levantó y le abrazó- y los felices que nos harán, sé el gran esfuerzo que te supone, pero piensa en él, te quiero, eres el hombre de mi vida.
-Y yo a ti Olga. Se besaron.
-Ya solo procura mantener la temperatura, doctor.Rieron tontamente y seguidamente fueron, con sus cansados cuerpos, a dormir.A la mañana siguiente:
-¡Por favor, qué asco! Un trozo de pizza, un bote de champú vacio, unas revistas viejas, compresas usadas… me da a mí que hoy tampoco voy a tener suerte. ¡Látex! ¡Oh!, ¡oh!, una muestra, otra muestra, ¡otra muestra!, qué lleno esta, me tengo que dar prisa, ¡corre! –se decía Santiago a sí mismo. Pasaron los días y los matrimonios fueron quedando cada vez más, se lo pasaban bien juntos, un día cine, al otro teatro, a la ópera, largos paseos por El Retiro, emocionantes partidos de fútbol...Se hicieron íntimos, hasta el punto de confiar el uno en el otro, de saber sus problemas familiares, si tenían enfermedades, en qué trabajaban, sí iban bien sus matrimonios, si querían y podían tener hijos...Todo, lo sabían todo.

-¿Está todo listo? No sé si podré hacerlo, Olga, ya tenemos todo para la operación, ¿es necesario?, quiero decir, ¿esto es necesario?
-¡Chss! Cállate, no es tonta, tarde o temprano se daría cuenta- decía Olga mientras miraba por la mirilla. Santiago se sentía mareado, con ganas de vomitar, demasiada presión.

-Ya sale, ya sale.
-Cariño, voy un momento a por el pan.
- Ya ha cerrado la puerta, sal, corre sal…pero qué haces, ¡piensa en él!
-No puedo Olga, sabes que esto no es necesario, ¡por el amor de Dios!
-Dame los guantes, si no lo haces tú, lo haré yo, ¡imbécil!, ¡sabe lo tuyo!, que no te funciona lo de abajo, se lo tuve que contar. Santiago se quedó con la cabeza gacha y Olga salió por la puerta.

-¿Por qué no funciona el ascensor?
-Buenos días, Clara. -¡Ah! Buenos días ¿Será posible? El ascensor no funciona, pues a pie que nos toca bajar.
-No me digas, a estas horas de la mañana-se quejó Olga con voz cansada. Bajan por las escaleras.

-Olga, al final venís.
-Por supuesto, no nos perderíamos el recital de tu marido por nada del mundo, ¡oh!, me acuerdo cuando tocó en vuestra casa de campo, qué espectacular, qué belleza, sus dedos parecían que se escurrían por el piano cuando tocaba La Campanella.
-La verdad, es que es asombroso, sí, es que ya ni parece que toque las teclas, también, lleva tocando desde pequeño, su maestría ya es…
-¿Y tú, Clara? ¿Llevas desde pequeña bajando escalones? -Clara la miró extrañada mientras seguían bajando- Lo digo por si también has cogido mucha técnica, es que si es así, igual que a tu marido se le resbala los dedos por el piano, a ti se te tendrían que resbalar ¡los pies! Olga agarró a Clara de los pelos y en un forcejeo la tiró hacia abajo. La caída fue brutal, al final de las escaleras en su cuerpo tendido en el suelo se podían apreciar una pierna y un brazo dislocados, el cuello ligeramente retorcido y una muñeca doblada totalmente. Enseguida alrededor de ella se hizo un charco de sangre, procedente de la cabeza.

-Pues sí, se ve que has practicado mucho, tienes mucha maestría, igual que tu marido.


(21 meses después

Año nuevo)


-¡Feliz año! -¡Feliz año, cariño! -Feliz año a los dos. Ojalá, pudiese estar Clara hoy aquí, hace más de un año que murió y aún la echo de menos, así que el primer brindis del año quiero que sea por vosotros, que me habéis ayudado en estos tiempos difíciles, de todo corazón, gracias. Cariño –alzó la copa- espero que donde estés, seas muy feliz, así pues, ¡por vosotros y por vuestra hijo! Ojalá pudiéramos estar todos como antiguamente y verla crecer, verla disfrutar de la música clásica y de los partidos mientras su madre y Clara hablaran en la cocina, nos lo hubiéramos pasado bien. A lo mejor, a estas alturas Clara y yo podríamos haber tenido otra niña para hacerla compañía -a Juanjo se les saltaron las lágrimas- ¡No es momento de llorar!, -miró a la niña- mirar, qué monada, yo podría tener ahora mismo otra, mirarla, hasta le están creciendo sus primeros pelitos rubios…rubios…Se hizo el silencio, Santiago y Olga se miraron, se levantaron deprisa de sus asientos y juntaron sus copas con las de Juanjo gritando:


-¡CHIN!, ¡CHIN!


Alberto Trijueque Pegalajar 3º C
1º premio prosa categoría B (2º ciclo ESO)

martes, 28 de abril de 2009

EL LIMONERO DE LA PROFESORA

En aquella clase sucedían cosas extrañas. Si cerraban las ventanas, bajaban las persianas y cerraban las puertas, al venir de otras clases o del recreo los alumnos se encontraban la pizarra escrita con poemas, frases de célebres novelas, análisis morfológicos o sintácticos, los libros de lengua sobre las mesas y sus cuadernos llenos de apuntes que a los cinco minutos desaparecían. Esto llevaba sucediendo ya hacía dos años, los dos años que llevaban en esa clase los mismos alumnos y dos años que hacía que ya no les daba lengua la profesora que firmaba con “Hojas de limón”.
Alguna vez se habían quedado la delegada y el subdelegado colocando la
clase, recogiéndola, cuando antes de que salieran o cerraran la clase, se oía la voz de una profesora impartiendo clase, clase de lengua castellana y literatura.
Un día, un grupo de alumnos que estudiaban en aquella inusual aula decidieron quedarse un recreo para conocer más cosas o saber qué era exactamente lo que habitaba su clase. Cerraron las ventanas, la puerta y bajaron las persianas como cualquier otro día, con la excepción de que esta vez la clase no estaría deshabitada sino que estarían ellos dentro. Se acomodaron todos al final de la clase, sentados en el suelo. Al cabo de unos minutos se oyó como si alguien cerrara la puerta de clase y dejara sus cosas en la mesa del profesor. En aquel momento no veían nada pero,…de pronto vieron la silueta de una mujer, una profesora que empezaba a dar clase de lengua a sus alumnos invisibles. Al poco tiempo aquella profesora se percató de la presencia de unos cuantos alumnos nuevos, que se encontraban al final de la clase y la escrutaban con la mirada, se acercó a ellos y les preguntó sus nombres. Ellos hablaron con ella, pero los jóvenes no salían de su asombro, estaban hablando con un espíritu, con un fantasma. Le preguntaron al espíritu de aquella profesora el porqué de que estuviera en su aula, y ella les contó que, a pesar de sus regañinas y partes puestos a los alumnos que antes que ellos estudiaron lengua en aquella clase con ella, había cogido cariño al aula de 2ºA y deseaba quedarse en ella y observar a los alumnos nuevos. El nombre de aquella profesora que firmaba como “Hojas de limón” y que había enseñado a alumnos anteriores a los de hoy era…Ana Isabel.

Emina Pervan González 2º A
1º premio prosa categoría C (1º ciclo ESO)
(Fotografía de Lu)

jueves, 23 de abril de 2009

EN OCASIONES, LEO LIBROS

Edward Hopper, Habitación de hotel, 1931
(Fuente: blog de Gabriel Laguna)

La poesía, señor hidalgo, a mi parecer es como una doncella tierna y de poca edad y en todo extremo hermosa, a quien tienen cuidado de enriquecer, pulir y adornar otras muchas doncellas, que son todas las otras ciencias, y ella se ha de servir de todas, y todas se han de autorizar con ella ; pero esta tal doncella no quiere ser manoseada, ni traída por las calles, ni publicada por las esquinas de las plazas ni por los rincones de los palacios. Ella es hecha de una alquimia de tal virtud, que quien la sabe tratar la volverá en oro purísimo de inestimable precio; hala de tener el que la tuviere a raya, no dejándola correr en torpes sátiras ni en desalmados sonetos; no ha de ser vendible en ninguna manera, si ya no fuere en poemas heroicos, en lamentables tragedias o en comedias alegres y artificiosas ; no se ha de dejar tratar de los truhanes, ni del ignorante vulgo, incapaz de conocer ni estimar los tesoros que en ella se encierran. Y no penséis, señor, que yo llamo aquí vulgo solamente a la gente plebeya y humilde, que todo aquel que no sabe, aunque sea señor y príncipe, puede y debe entrar en número de vulgo. Y, así, el que con los requisitos que he dicho tratare y tuviere a la poesía, será famoso y estimado su nombre en todas las naciones políticas del mundo .

Don Quijote de la Mancha, II parte, cap. XVI
(Ed. de Francisco Rico; centro virtual Cervantes)


Hoy, en todas partes, muchísimos alumnos y profesores se han reunido para leer y celebrar el Día del Libro. Aunque es algo que hacemos prácticamente a diario, en días como hoy leer adquiere una tono especial: lo hacemos en un salón de actos, o en el patio, escogemos con primor lo que vamos a leer, lo acompañamos de música y flores...Incluso la lectura de clase adquiere un tono distinto al del resto de los días. Es curiosa la doble dimensión que tiene el acto de leer: íntima y solitaria por un lado, pero social y abierta por otro. A lo primero, se llega, de alguna manera y en cierta medida, desde el estímulo de lo segundo. Compartimos un poema, el amor por un libro, el desprecio por otro, la devoción por un autor, la pasión por unos versos, el cuento de antes de dormir...y eso nos acerca a otros, nos hace sentir miembros de la tribu. En la escuela podemos, en días como hoy -pero no sólo en días como hoy- hacer una pequeña fiesta con lo que leemos y escribimos (Marsé ha recibido hoy su Cervantes y cientos, miles de alumnos los premios de sus trabajos literarios). Los cañadienses hemos disfrutado hoy de un día de versos y prosas propios y ajenos, de música, libros, flores, grabados, marcapáginas, cómics, risas y hasta llantos. Enhorabuena a todos por vuestro trabajo.

domingo, 19 de abril de 2009

AÚN APRENDO

Aprovechando que esta semana nos vamos a encontrar por doquier con estupendos descuentos en la compra de libros; y aprovechando también una de las actividades del curso que estoy haciendo sobre Uso educativo de bibliotecas escolares (sexenios mandan) y, sin embargo, de gran interés y del que estoy aprendiendo muchas cosas, dejo aquí una serie de obras que podríamos llamar como "novelas de iniciación", de las que algo he hablado aquí. Tienen en común estas obras el hecho de que el protagonista es un joven, un adolescente y en ocasiones un niño -o niña, evidentemente- que se enfrenta a la dura tarea de crecer y de entrar en el complicado mundo de los adultos.

Lo cierto es que hay además películas y un cómic de un autor que me gusta mucho: el gran Carlos Giménez y su cómic Paracuellos, serie que curiosamente conocí en Francia hace 20 años y que me acompañó, junto con otras lecturas, en mi periplo como joven au pair por tierras del Loira. Seguro que a alguien se le ocurre añadir alguna que a mí se me ha pasado: para eso están los comentarios, que se reciben como agua de mayo.

Ah, qué dura tarea la de aprender (y está claro que no sólo hablo de libros). Sobre todo porque no se acaba nunca: "Aún aprendo" dejó escrito Goya en uno de sus últimos dibujos, exiliado y enfermo en Burdeos, con sus 80 años encima. Y qué pena si no es así.
Voilà la liste!:


Fantásticas

Peter Pan, James, M. Barrie
La historia interminable, Michael Ende
Temblor, Rosa Montero
El valle de los lobos, Laura Gallego García
Harry Potter, J.K. Rowling
Marina, Carlos Ruiz Zafón

Realistas

Lazarillo de Tormes, anónimo
Oliver Twist, Charles Dickens
La busca, Pío Baroja
Crónica del alba, Ramón J. Sender
Mujercitas, Louise May Alcott
Diario, Ana Frank
La lengua de las mariposas, Manuel Rivas
El guardián entre el centeno, J.D. Salinger
Nada, Carmen Laforet
El camino, Miguel Delibes
Rebeldes, Susan E. Hinton
Un mundo para Julius, Alfredo B. Echenique
Historias del Kronen, José Ángel Mañas
Viaje al fin del mundo, Henning Mankell
El otro barrio, Elvira Lindo
El palacio de la luna, Paul Auster

Aventuras
La isla del tesoro, Robert L. Stevenson
Tom Saywer, Mark Twain
El barón rampante, Italo Calvino
El oro de los sueños, José Mª Merino
La ciudad de las bestias, Isabel Allende

Películas

El joven Edison, Norman Taurog, 1940
Mujercitas, Mervin Leroy, 1949
El graduado, Mike Nichols, 1967
La guerra de las galaxias, George Lucas, 1977-2005
Valentina. Crónica del alba, Antonio J. Betancor, 1982
1919. Crónica del alba, Antonio J. Betancor, 1983
Cuenta conmigo, Rob Reine, 1986
Cinema Paradiso, Giuseppe Tornatore, 1989
Crazy in Alabama, Antonio Banderas,1999
El espinazo del diablo, Gullermo del Toro, 2001
El laberinto del fauno, Guillermo del Toro, 2006
María Antonieta, la reina adolescente, Sofia Coppola, 2006
Juno, Jasón Reitman, 2007


miércoles, 15 de abril de 2009

LIBRO POR LIBRO

(Fotografía de Arantxata)

Se acerca el Día del Libro y con él multitud de eventos y celebraciones por todas partes. Nosotros no vamos a ser menos, pardiez, y estamos preparando algunas cosillas en este rinconcito de Coslada. Entre otras cosas, la Biblioteca va a acoger un Mercadillo de Libros, procedente del expurgo de la Biblioteca y de vuestras generosas donaciones. Ya sabéis: podéis traer libros de casa (que estén en un estado decente); que no sean libros de textos ni textos muy infantiles; así engrosaremos el fondo y podrás hacer el trueque: dejas un libro y coges otro. Esto las veces que quieras a lo largo de la Semana del 20 al 28, en el horario habitual de apertura de la Biblioteca.

Ya sabéis algunos que el día 23 tendrá lugar la entrega de premios del Certamen Literario convocado por el Departamento de Lengua: será a 6ª hora en el Salón de Actos. A esa misma hora (con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide) tendrá lugar el otro ya tradicional Mercado de Libros Muy Muy Baratos,: podrás comprar a precios muy, pero que muy interesantes ese libro que estabas esperando.
Algunos habitantes del IES estamos ensayando con fervor para el recital poético. El mismo día 23 -y alguno más si se tercia-, a diferentes horas, el Salón de Actos se llenará de versos y de música.
Los alumnos del Taller de Grabado están elaborando unos preciosos marcapáginas y unos textos que verás por los pasillos. Ah, qué contentos volveremos a casa, con libros en una mano, flores en otra y el oído lleno de "palabras mágicas"...

lunes, 13 de abril de 2009

ORIHUELA 2010



Antes de irnos de vacaciones, (¡tempus fugit!) Pilar Rodríguez, del Departamento de Geografía e Historia, me contó que la Asociación Orihuela 2010, creada con motivo de la próxima celebración del centenario del nacimiento del poeta alicantino Miguel Hernández, ha convocado, entre otras muchas actividades, un concurso de poesía por SMS, dirigido a jóvenes entre 12 y 18 años. Aún tienes tiempo de presentar tus textos, pues el plazo acaba el 19 de abril. Puedes consultar las bases del concurso si pinchas aquí.

¡Ánimate!

jueves, 2 de abril de 2009

LLEGA PASCUA FLORIDA

Como todos los años
-y siempre es un milagro-
la primavera llega.
Trae consigo esperadas
vacaciones de Pascua:
horizontes y playas
y caminos y sendas.
Trae también coletazos de vida que
arremete contra los
adoquines de las frías aceras.
Incluso acecha Vida desde los
amasijos de los hierros torcidos;
desde las camas blancas
de azules hospitales, y desde las
macetas de balcones floridos.
La vida se abre paso
(y también iba en serio,
como ya dijo alguien)
entre tus ojos claros
y tu linda sonrisa.
Se abre paso la vida.
(¡Hasta pronto!)