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Y se va marchitando la caja de las rosas...
Y se va marchitando la caja de las rosas;
no tiene quien las saque y las lleve al camino.
Un airón de perfume se nos quiebra en las manos
mientras algo se muere y nace al mismo tiempo.
Se nos frustró la cita con aquella fragancia
de tan pura, invisible, ese ramo de brisa
que apenas huele a nada
y que agavilla en sí todo el amor del mundo.
Hay cosas que no son, pero que siguen siendo
gozo, nostalgia, fronda que nunca hemos plantado,
hermosura secreta que sólo fue latido.
Ernestina de Champourcín
Ernestina es una de las autoras " que recoge Tania Balló en su ensayo Las sinsombrero. Sin ellas, la historia no está completa, a estas alturas suficientemente conocido hasta el punto de que la mayoría del alumnado, quiero pensar, conoce la existencia de esta "otra mitad" de una generación de poetas y artistas nacidos -y nacidas- al calor de las vanguardias de la España de los años 20 y 30.
Ella y Josefina de la Torre fueron las únicas mujeres mencionadas en la Antología de la poesía española contemporánea, editada por Gerardo Diego- aunque hubo que esperar a la 2ª edición, en 1934.
Discípula, amiga y admiradora de Juan Ramón (y Zenobia); amiga también de Carmen Conde, con quien mantuvo una intensa relación epistolar de la que apenas ha quedado constancia; esposa de otro poeta "menor" de la nómina, Juan José Domenchina, con quien compartió un amargo exilio en México, Ernestina tuvo una presencia activa en el Lyceum Club Femenino, que nos muestra esa España que se atisbaba...y no pudo ser.
Este es un poema de sus últimos años, ya de vuelta en España, aunque nunca sintiera que volvía "a casa". Quizá su vinculación con el Opus Dei, su "religiosidad",como dice Tania Balló, la alejaron de las amistades que le quedaban, y fue la soledad quien marcó sus últimos años.
Gracias a Toni Solano por mantener, un año más y ya son unos pocos, esta iniciativa poética en la red.