miércoles, 28 de abril de 2010

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA


Queridos alumnos de Literatura universal:

Como nadie ignorará a estas alturas, el continente que podría verse -es un suponer- si nos colocásemos mirando hacia el mar océano desde, pongamos por caso, un acantilado de Finisterre o del Cabo da Roca, sería ése que descubrió, hace ya muchos años, un señor de origen incierto llamado Cristóbal Colón que conocemos como América. No voy a relatar aquí toda la serie de cosas maravillosas que disfrutamos gracias a ese hallazgo feliz, entre las que se encuentran, por ejemplo, el chocolate, Macondo, las pirámides, el Cabo de Hornos, las patatas, el sonido de la quena, los calendarios aztecas, Tierra de Fuego, el tomate, la Patagonia, el Machu Picchu, las fotos de Salgado, el Amazonas, las plantas de enormes dimensiones, las islas Galápagos, el arte de los muralistas, los Andes, el tango, las selvas poderosas, el Chimborazo, el mar Caribe...En fin. Sería una lista interminable. Únicamente yo añadiría la existencia prodigiosa de una lista infinita de obras literarias de autores de los que no concibo su no presencia en este mundo como Vargas Llosa, Borges, César Vallejo, Pablo Neruda, Alejo Carpentier, Roberto Bolaño, Alfonsina Storni, Juan Rulfo, Alejandra Pizarnik, Bryce Echenique, Elmer Mendoza, Mario Benedetti, Isabel Allende, José Martí, Julio Cortázar, Horacio Quiroga, Miguel Ángel Asturias, Clarice Lispector, Bioy Casares, Juan Gelman, Onetti, Gabriela Mistral por citar algunos que me han hecho saltar el charco sin moverme del sillón de mi casa. Ah, sí, se me olvidaba uno, precisamente el autor de la última lectura completa del curso: Gabriel García Márquez, el mágico realista que, igual que nació en Aracataca y se convirtió en un escritor, podía estar contando historias en la plaza de Jemáa-al-Fna o recitando poemas por la Europa balcánica...Os dejo el trabajito en Scribd y un par de vídeos: en uno, habla el autor; en otro, un fragmento de la película del mismo nombre.



CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

sábado, 24 de abril de 2010

ACASO MIENTRAS LEES





Hemos celebrado este Día del Libro, este San Jorge, Sant Jordi o San Cervantes, inevitablemente festivo, casi caótico, entre otras cosas, con un recital de poesía a cargo de nuestro compañero del Departamento de Lengua castellana y Literatura, Jesús Gómez Ayet. Tenía yo mucho empeño en que Jesús ofreciera una lectura de sus poemas, una charla con los alumnos o con quien tuviera a bien escucharle porque, a mí, la creación me parece un milagro. Yo descubrí el oficio de poeta de Jesús por casualidad. La culpa la tuvo una antología de poesía del Siglo de Oro que me encontré en la Biblioteca (un lugar que no deja de darme sorpresas, qué trabajo de años), con una muy buena selección de textos y una presentación de las vidas de los poetas en un tono que a mí me pareció distinto. Busqué al autor y se me quedó la boca en forma de "O" cuando descubrí que era el señor que acababa de dejar tomando un café. Fui a pedirle explicaciones: ¡"Cómo es posible que no hayas dicho ni !". A partir de ahí, "confesó" , no sólo eso, sino todo lo que llevaba escrito. No es que fuera un secreto: muchos compañeros lo sabían, e incluso habían leído algunos de sus libros. Pero tampoco es algo de lo que hable mucho. El caso es que me regaló uno de sus libros, El transcurso del sol (Madrid, Calambur, 2001), un poemario amoroso construido con precisión de orfebre, en el que el poeta y la amada recorren el espacio (lírico, interior, interestelar...) desde Aries, como hace el Sol. A partir de ahí, y después de leer su recién publicado Jesús en el desierto (Madrid, Vitruvio, 2010) he ido hacia atrás y he pasado por Con el cuerpo del mar (Vitruvio, 1997), su primer libro, y otros poemarios con nombres tan sugerentes como Efectos de la luna, Margalida y el mar, Acaso mientras duermes (Huerga & Fierro, 1999), Canto a la divinidad y Sacrilegios y consagraciones (ambos en Vitruvio).
Impresionada me ha dejado la coherencia de cada libro, la capacidad de crear imágenes, de conformar un universo personal y único poblado de mares, algas, aves, volcanes, peces, guerreros, ciervos, piedras, humores, olas, anémonas, cráteres, bocas, alas, sangre, islas, torres, labios, nubes, virus, oquedades, ojos, cuerpos...Me gusta el mecanismo exacto y preciso y la impecable simetría de sus poemas; la aparente sencillez de sus versos (hay sonetos, octavas reales, endecasílabos asonantados, versos blancos, libres...); el humor, la ternura; el don de transformar cualquier cosa, cualquier experiencia en materia poética.

El mar y el amor (a los hijos, a la esposa, a las criaturas acuáticas, terráqueas y celestes, a la Tierra, a la Luna, a la divinidad que late en todo ello) son, me parece, temas esenciales en su poesía (si no, tenemos la suerte de que puede contradecirme).

El salón de actos se ha llenado hasta los topes. Nada parecido a lo que pensábamos que iba a ser hace unos días: algo íntimo, con no demasiados alumnos...Si digo que había silencio sepulcral, me crecerá la nariz, pero Jesús ha leído sus poemas en silencio -algún que otro moscardón acallado con un "chissss"- y sin más interrupciones que los aplausos. Al igual que Félix, ha recibido un precioso regalo del Taller de Grabado de José Ignacio Sánchez Hierro.

viernes, 23 de abril de 2010

PEQUEÑO HOMENAJE AL POETA DE LAS NANAS DE LA CEBOLLA

Mi pequeño grupo de alumnos de 1º ESO ha elaborado estos caligramas -faltan algunos, cosas que pasan- y esta audioantología -incompleta también por diversas circunstancias- en homenaje al poeta Miguel Hernández, al cual recordamos en el año del centenario de su nacimiento.






(Queridos cañadienses: no dejéis de sintonizar este dial. En breve daremos cuenta del recital poético que ha tenido hoy lugar en nuestro centro. Y publicaremos los trabajos ganadores del certamen literario...¡Enhorabuena a los premiados)

miércoles, 21 de abril de 2010

MIRAR HACIA ADENTRO






El título de la entrada podría ser el lema de las actividades de nuestro centro en estos días que se festeja al libro, ese artefacto. Pues nos hemos fijado un poco y nos hemos dado cuenta de que una buena manera de empezar sería presentando a los alumnos el último trabajo de nuestro compañero Félix Cordente Vaquero, del Departamento de Ciencias Sociales, coautor de un magnífico Diccionario de instituciones de la Antiguedad (Cátedra). Desde luego, presentar un "diccionario de antigüedades" no parece a priori lo más seductor para un auditorio formado por estudiantes de 3º ESO y 1º y 2º de Bachillerato. Pero claro, contábamos con un profesor muy querido y respetado por los alumnos, apasionado por la Historia Antigua y con una gran capacidad de transmitir esos conocimientos con auténtico fervor. Félix contó cómo se había gestado la obra, 30 años atrás, en sus tiempos de estudiante universitario, bajo el estímulo de su querido maestro, el catedrático de Historia Antigua de la Universidad Complutense, Federico Lara Peinado, responsable también de la cátedra de Egiptología "José Ramón Mélida", y junto a dos de sus compañeros, Javier Cabrero Piquero y Juan Antonio Pino Cano. Desde luego, dejó muy claro que trabajos de esta envergadura implican, entre otras cosas, muchas horas de trabajo, la mayor parte arduo y aburrido; pero también transmitió el rigor y la fascinación con que lo lleva a cabo. Fascinación que conserva desde que era un niño de 11 años y oyó hablar a su maestro de los emperadores hititas. Con los ojos como platos le oímos hablar de su trabajo en excavaciones arqueológicas, años atrás, y de anteriores publicaciones, como la biografía de Alejandro Magno o un trabajo sobre Roma, tema del que es un gran experto. Las alrededor de 4000 entradas se presentan dentro de cuatro grandes áreas: Próximo Oriente Antiguo, Egipto, Grecia y Roma, cada una a cargo de un autor. La obra se dirige a estudiantes de 2º de Bachillerato y estudiantes universitarios de los primeros cursos. Al parecer, ha tenido un excelente acogida.
Pero, ¿cómo nos vamos a olvidar del presentador? Tuvimos el placer de que, cinco años después, volviera un antiguo compañero, Óscar Martínez García, quien nos reveló, además de su faceta de lector de enciclopedias, otras cualidades ocultas del diccionario: las poéticas , por un lado, y las relacionadas con los vaticinios por otro. Sí, sí, allí mismo, en vivo y en directo pudimos comprobar que el Diccionario responde prácticamente casi a cualquier duda...

La directora, Mª José Fabre, entregó al final de la charla un grabado a ambos que los alumnos del Taller de Grabado habían realizado para ellos.


En esa línea de mirar hacia adentro, en todos los sentidos, hoy nos ha hecho pasar un buen rato nuestra compañera Laymi-Gema, actualmente de licencia por estudios, en cuatro sesiones de cuentacuentos dirigidas a los alumnos de 1º y 2º de la ESO. El viernes 23 le toca a Jesús Gómez Ayet, querido compañero y admirado poeta, quien nos leerá algunos de sus poemas. No olvidéis pasar por la biblioteca para ver los Poemas ilustrados de los alumnos de José Ignacio Sánchez Hierro, y los caligramas que los alumnos de 1º han elaborado como homenaje al poeta Miguel Hernández (eso será el viernes). Tampoco dejéis pasar la oportunidad de dejar en el mural del vestíbulo, de vuestro puño y letra, el nombre de vuestro libro favorito. Los alumnos de 2º de ESO, encabezados por el profesor Claudino Blanco lo han preparado para vosotros. Y mañana, alumnos de 4º ESO y 2º de Bachillerato: zapato cómodo y ojos abiertos, que nos espera La casa de Bernarda Alba en La Jaramilla (y vamos en el coche de San Fernando, ya sabéis...)

El viernes también tendremos la oportunidad de comprar libros a muy buen precio en los puestos que habrá en la entrada a lo largo de toda la mañana (habrá flores...) Y a 6ª hora, tachán tachán, la entrega de premios del Certamen Literario...

Pero de éstas y otras cosas, ya daremos cuenta próximamente...

viernes, 16 de abril de 2010

VALEN LA PENA, PENITA, PENA...

Desde Aguja de marear, el blog de Héctor Monteagudo, y desde La Tribu del PCPI , que gobierna con alegría Estrella López Aguilar, nos llega un bonito regalo, el del premio "Vale la pena". Agradezco mucho a ambos esa consideración: los suyos, desde luego, para mí también la valen. Ahora debemos incrustar la imagen y a su vez citar a otros diez blogs que consideramos que valen la pena. Como he tenido la suerte de haberlo recibido por partida doble, me voy a permitir alguna licencia en esto de las listas (vamos, que me voy a poner tan pesada como en los Oscars, así que si tienes prisa...)

(ya lo ha premiado Biblos, pero quiero que se vea bien)

Como han hecho otros compañeros, no quiero dejar de citar a los veteranos:
Actimoliner, Ah de la vida, A pie de aula, Bloggeando, Darle a la lengua, El tinglado, La bitácora del tigre, Profesor en la secundaria, Re(paso) de lengua, Tres tizas.

Tampoco a otras bitácoras amigas, también premiadas desde otros blogs, que visito con frecuencia y de las que me nutro de ideas e inspiración:
Bibloranca, Blogmaníacos, El reino de Trapisonda, La mar de poemas..., Lengüetazos literarios, y Sapere aude!

Una mención muy especial a
Hircania y a Historiando desde el IES Matías Bravo.

Y, por supuesto, para mí valen mucho, mucho la pena, los blogs que elaboran mis alumnos y los ajenos (son el futuro, compañeros...)

El rincón del escritor

Blogmaníacosdelmundo

En ocasiones... escribo poesías

Y no quedó títere sin corazón

(Y, aunque ajenos a la blogosfera educativa, pero hechos por personas muy especiales para mí:
Torosgradaseis y Este es mi aleti)
Días después...
Agradezco mucho también a Lourdes Domenech que en su A pie de aula me haya incluido entre sus "diez". Gracias, Lu.
Igualmente, muchas gracias por su mención a Evaristo Romaguera, de Conspiración de lectores.

martes, 13 de abril de 2010

OFICIO DE POETA

No, no voy a citar de nuevo a José Agustín Goytisolo. Es que he estado curioseando el blog de Daniel Orviz (o Leinad Zivro, según se mire), el autor del poema "Niña de la cueva", poema troglodita que podéis leer y ver a continuación en versión video-poema, recitado por él mismo), regalo de Nieves, una ex-alumna del instituto quien, además, me ha contado que este poeta y muchas cosas más, ofrece un recital de poesía de su libro Mecánica planetaria el jueves 15 de abril en el EÏsbar Sound Club (Travesía de las Vistillas 8, a las 9:30. Gratis.) Daniel Orviz no sólo escribe versos y realiza estos curiosos vídeos. También te lleva el libro a casa y te recita un poema si vives en Madrid. ¿Quién dijo Malos tiempos para la lírica?





Niña de la cueva,
los campos azules
de encima de techo de mundo gigante
estar ya despiertos.

Grandes y tan bellos.

Los toros de nieve cambiantes
cabalgar al alba

jinetes de fuego sentados en ellos

dejar olvidadas sobre nuestra tierra
muchas cosas nuevas.

Y si tú dejarme

cogida de pelo de sol
yo llevarte
a descubrir ellas.


Niña de la cueva.


Niña de la cueva,
yo ser no valiente.

Yo hombre no firme.

Cachorro.

No fiera

de afilados dientes.

Todos de mi gente:

Cobarde,

decirme,

porque tener miedo
cuando después rojo final de los días

arriba
en oscuro

grande bestia negra de nombre “Futuro”

guiñarme mil ojos.

Y yo tener claro que yo ser no fuerte.
y yo tener claro que ser no guerrero.
que fácil por muchos asustarme
pero

sin duda
sin miedo

yo manos desnudas subir lejos,
fuera

a cazar de cena la carne del cielo
si tú tener hambre,


Niña de la cueva.

Porque,
por tú verme,
caminar erguido
y quitar con agua maloliente lodo de mi piel,
y solo
para tú contarte
guardar muchas cosas aquí donde frente,
saber de corrido el nombre de todo.

Y aunque por ser débil
y ser poca cosa
y no ser capaz de cazar ni una cabra,
no tener yo piel para hacer tú vestido

Niña de la cueva
para que tú hermosa
yo tallar tú estas piedras preciosas
llamadas “palabras”.

Y cuando los miedos agarrarme el pecho
y el frío azotarme en agujero estrecho
que yo llamo cama
Sentirme valiente,
sentirme caliente
por saber que

yo

No querer mañana

No querer planetas. No querer cohetes.
No querer ciudades. No querer antenas.
No querer la bomba, la radio, la tele.
No querer tejanos.
No querer motores.
No querer el nylon.
No querer la imprenta.
No querer comercio.
No querer las leyes.
No querer la banca.
No querer polea.
No querer palanca.
No querer el templo.
No querer moneda.
No querer la espada, no el cuero, no el arte.
No querer el hierro.
No querer la rueda.
No querer el habla.
No querer el fuego.

No querer ser hombre.

No querer ser nada

si tú no quererme

Niña de la cueva

DANIEL ORVIZ

domingo, 11 de abril de 2010

BARRIO DE LAS LETRAS

La nevada del día 21 de diciembre nos obligó a suspender el paseo por el Barrio de las Letras con nuestros alumnos de 4º de ESO, así que lo pospusimos para el 24 de marzo. Desde luego, el tiempo nos acompañó (la granizada cayó después, nada más llegar al instituto)y nos ayudó a empezar a saborear unas vacaciones de Pascua que en Madrid ya han acabado.

El paseo consiste en una visita guiada de aproximadamente hora y media que recala en los lugares más relevantes de unas calles por la que transitaron nuestros literatos del Siglo de Oro, entre el Paseo del Prado, la calle Huertas y adyacentes, la Plaza del Ángel y la de Santa Ana. Aunque no nos quedamos en el siglo XVII: Cadalso, Larra, Mesonero Romanos, Valle-Inclán, Benavente y muchos más dejaron huella por estas calles.

Hice algunas fotos y se me ocurrió que ya había llegado el momento de trastear con el "Movie Maker" (es que me dan una envidia algunos de mis alumnos, hay que ver cómo lo manejan...)

Aunque nosotros recurrimos a la visita guiada que ofrece el Ayuntamiento de Madrid, si queréis hacer vosotros solos el recorrido, no os perdáis el estupendo trabajo sobre el barrio que nos enseña Purificación López en El reino de Trapisonda.


miércoles, 7 de abril de 2010

LOS GIRASOLES CIEGOS



Hace cinco años una querida compañera me recomendó la lectura de Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez. Como yo casi todo lo leo con cierto retraso, me reservé la recomendación para rescatarla en alguna ocasión. En este caso, y dado que a priori no me seduce especialmente la literatura sobre la Guerra Civil española, lo puse a la cola de Soldados de Salamina, que llevaba más retraso todavía. Me alegro de que me haya gustado infinitamente más que la novela de Cercas, que, dadas las expectativas creadas, me decepcionó bastante.


El libro tiene su historia: su autor, un hombre vinculado a la industria editorial, tenía 63 años cuando se publicó éste su primer y único libro en el año 2004. Murió pocos meses después. No tuvo tiempo de saber, por ejemplo, que le dieron el Premio de la Crítica y el Nacional de Narrativa en 2005, y que el año pasado –cuando yo lo compré - iba ya por la 23ª edición.


No se trata de una novela, sino de cuatro relatos que el autor llama “derrotas”, ambientados entre 1939 y 1942 (a relato por año), es decir, los años posteriores a la Guerra Civil española.


En el primer cuento, el capitán Carlos Alegría se rinde al ejército de la República el día en el que su bando, el franquista, va a entrar en Madrid . Nadie entiende que Alegría se entregue al bando derrotado, pero él alega que no quiere pertenecer a un ejército que no quiere ganar la guerra, sino sólo matar: “Aunque todas las guerras se pagan con muertos, hace tiempo que luchamos por usura. Tendremos que elegir entre ganar una guerra o conquistar un cementerio”, dice en una carta que el narrador nos presenta como escrita a su novia en enero de 1938. Alegría es llevado a Arganda del Rey para ser fusilado, pero no muere: cae herido junto a los verdaderos muertos y consigue desenterrarse y llegar a Somosierra, pues tiene la idea de llegar a su pueblo, en la provincia de Burgos, para morir en paz. Aquí la narración en plural de modestia alterna con los pensamientos de Alegría expuestos mediante cartas rescatadas a amigos y familiares, con papeles encontrados entre sus ropas y con informaciones obtenidas de las personas que trataron con él en los últimos días, a modo de crónica. El relato se llama “Si el corazón pensara dejaría de latir”.


El segundo relato –para mí, el mejor- recurre a la técnica del manuscrito encontrado; no en vano se llama “Manuscrito encontrado en el olvido”. El narrador, convertido en editor, advierte de que se trata de un cuaderno encontrado por un pastor en una braña de los altos de Somiedo, junto a un esqueleto adulto y otro de un niño de pecho, juntos y envueltos en una colcha. Las primeras páginas nos informan de la muerte de una muchacha llamada Elena durante un parto. El padre, un muchacho de 17 ó 18 años, queda con el recién nacido, en un truncado viaje hacia Francia, escapando de una postguerra feroz. Al hilo de la páginas del diario, el editor aparece para hacer algunas indicaciones en tono aséptico acerca de las hojas que faltan, de las anotaciones en los márgenes o del tamaño de la letra. El cuento se sencillamente sobrecogedor.


La tercera derrota (“El idioma de los muertos”) cuenta cómo el soldado republicano Juan Senra, profesor de chelo, se salva una y otra vez de ser fusilado en la cárcel de Porlier. Sólo por haber conocido al hijo muerto del coronel Eymar, juez del tribunal que debía condenarle indefectiblemente a la muerte, y por poder darle a éste y a la madre noticias de las últimas palabras de su hijo. En este relato aparece Alegría, el rendido de la primera derrota.


El último relato es  el que llevó al cine José Luis Cuerda y el que lleva el título de “Los girasoles ciegos”. En el triste Madrid de 1942, un hombre vive escondido en el armario de su casa a la espera de encontrar un momento seguro y marchar a Francia. En su casa, su mujer y su hijo sobrellevan el día a día escondiendo al padre y al marido de posibles amenazas exteriores: nada debe haber en la casa que delate la presencia de un hombre, las cortinas han de estar permanentemente echadas y los corazones se sobresaltan cada vez que se oye el ascensor detenerse en el tercer piso. La amenaza crece cuando un sacerdote del colegio al que asiste el niño acosa a la madre. Como en los relatos anteriores, el narrador alterna otras voces con la suya, en este caso, la del niño, ya adulto, y una extensa carta en la que el Padre Salvador, el acosador, escribe para confesarse a un superior.


No sé el alcance que tendrá la breve obra de Alberto Méndez; después de leer el libro he revisado opiniones de la crítica y, aunque en general el libro está bastante bien valorado, las hay de todos los gustos. A mí me ha gustado muchísimo. Me han sobrecogido estas derrotas que creo son las de todos.