domingo, 28 de febrero de 2010

EJERCICIOS DE ESTILO II (IMITANDO A QUENEAU)

Otro año más, en clase de 1º ESO hemos jugado con los géneros literarios. Mis jóvenes aprendices de Queneau, a partir de la lectura de "Cabeza rapada", de Jesús Fernández Santos, han elaborado textos líricos y dramáticos. Como soy un poco culoveoculoquiero, vi esta herramienta en Blogmaníacos y en Bibloranca y, no sin esfuerzo y sin ayuda, le he dado forma a los textos. Espero que os guste.

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Ejercicios de estilo I




jueves, 25 de febrero de 2010

CERTAMEN LITERARIO IES LA CAÑADA 2010



Otro año más, desde el Departamento de Lengua y Literatura se convoca el Certamen Literario de creación, en el que podrán participar todos los alumnos matriculados en el centro que lo deseen, conforme a las siguientes BASES:

1º.- Se podrá optar por las modalidades de PROSA y POESÍA, de forma no excluyente ya que se pueden enviar cuantos originales se quiera.

POESÍA: poema de tipo tradicional (romance, soneto...) o de verso libre, cuya extensión no exceda los cincuenta versos.

PROSA: se admite a concurso cualquier escrito ya sea cuento, narración breve, fábula, ensayo, carta... de uno a cinco folios máximo, por una cara y escrito a doble espacio.

2º.- En cada una de las modalidades, se distinguirán tres categorías: CATEGORÍA A para alumnos de Bachillerato; CATEGORÍA B para alumnos de 3º y 4º de ESO -siempre que sean menores de 16 años-; CATEGORÍA C para alumnos de 1º y 2º de ESO -siempre que sean menores de 14 años-.

3º.- Los originales se presentarán POR DUPLICADO, a mano o impresos a DOBLE ESPACIO, en arial-12, en la Secretaría del Centro, indicando en el sobre sólo la Modalidad y Categoría por la que se concursa. Se deberá emplear el sistema de "lema" o "plica": junto con el texto, se entregará aparte un sobre cerrado con los datos del participante (nombre y apellidos, curso, grupo, dirección y teléfono). Este sobre llevará por fuera únicamente el título (o primer verso u oración) o si se prefiere un pseudónimo que se hará constar igualmente en el trabajo presentado. Con este sistema se garantiza el anonimato del participante, pues la "plica" sólo se abre cuando se han seleccionado ya los trabajos premiados. Se rechazarán los trabajos que no cumplan estos requisitos.

4º.- La fecha límite para la presentación de los escritos será el 8-4-2010

5º.- El jurado estará constituido por los miembros del DEPARTAMENTO DE LENGUA ESPAÑOLA y su fallo será inapelable.

6º.- Para cada una de las modalidades y categorías habrá un primer premio de 30 euros, en un bono canjeable por material escolar o libros y un accésit de no sabemos cuánto.

7º.- Los trabajos premiados serán leídos por sus respectivos autores en el Aula de Usos Múltiples, y se publicarán en la web del centro, en el blog del Departamento de Lengua y en la renovada revista La Bengala, resucitada por el profesor Claudino.

COSLADA-FEBRERO 2010



¡¡¡PARTICIPA!!!

lunes, 22 de febrero de 2010

EL CONDENADO POR DESCONFIADO

Tirso de Molina, comparado con Lope, tuvo una vida bastante aburrida: recorre convento tras convento, no se le conocen escarceos amorosos (para eso está el Fénix) y, al parecer, lo más emocionante que le sucede es un viaje a Santo Domingo (de misión pastoral, no de vacaciones caribeñas) y una serie de enfrentamientos con las autoridades eclesiásticas y con la Junta de Reformación de costumbres, por esa manía que tenía de escribir comedias profanas, razón por la que estuvo desterrado en Sevilla y bajo amenaza de excomunión. Tan discreto es que, a veces, oigo "Tirso de Molina" y se me pasa antes por la cabeza la estación de metro o la plaza que se abre ante el Rastro que el discreto mercedario comediógrafo...

Sin embargo, Tirso resulta un tipo interesante. Eso de vivir de convento en convento y compaginarlo con la escritura de comedias, tener sentido del humor, enfrentarse a los mandamases de la curia y, para rematar la faena, preocuparse por mostrar personajes femeninos dotados de inteligencia, sentido del humor y sensibilidad...es como para tenerlo en palmitas.

El caso es que el talento dramático de Tirso era mucho. Son divertidísimas sus comedias de enredo, como el El vergonzoso en palacio, Don Gil de las calzas verdes, o La celosa de sí misma, todas representadas por la
Compañía Nacional de Teatro Clásico: hace muchos años, cuando todavía era la sede de la Compañía el Teatro de la calle Príncipe, Adolfo Marsillach dirigió ambas (1989 y 1994 respectivamente) y puso sobre las tablas dos montajes muy vistosos, (recuerdo especialmente a Adriana Ozores, en el Don Gil...y lo sonado que fue el montaje de El vergonzoso por su atrevida escenografía, pues había unos paraguas a modo de bosque, o algo así, no recuerdo muy bien.) Hace tres o cuatro años, Eduardo Vasco, actual director de la Compañía, dirigió otra versión del Don Gil, divertidísima, con Montse Díez, Joaquín Notario y Juan Messeguer como protagonistas. La celosa de sí misma responde a una versión más reciente ( año 2003 ), dirigida por Luis Olmos, igualmente un montaje excelente y entretenidísimo.

Ante tan espectaculares montajes, parece que un drama teológico, o comedia de santos, como quiera llamarse, como es El condenado por desconfiado parece oscurecerse. Ah, qué complicada y delicada cuestión la de los repertorios...A este respecto es muy interesante el artículo de Felipe B. Pedraza Jiménez, "Adolfo Marsillach ante el repertorio clásico", (Lectura y signo, (1), 2006, pp. 333-347), donde a partir de la lectura de las memorias de Adolfo Marsillach, Tan lejos, tan cerca, repasa los inicios de la Compañía, creada por Marsillach en 1986 y cómo se plantea la selección del repertorio y del mantenimiento de una compañía estable.

Sobre la cuestión del repertorio ha debido pensar Carlos Aladro para abordar la obra que desde ahora mismo y hasta el 4 de abril podemos ver en el Teatro Pavón de Madrid: El condenado por desconfiado, una de las grandes comedias de Tirso, representada por primera vez por la CNTC, a pesar de ser una de las obras más destacadas del teatro barroco español.

Paulo (Jaime Soler) es un ermitaño que vive en una cueva preocupado por la salvación de su alma. Pero, mira por donde, quien se le presenta para resolver sus cuitas es el mismo demonio disfrazado de ángel (Francisco Rojas), quien le dice que busque a un hombre llamado Enrico (Daniel Albaladejo), cuyos destinos son idénticos: si Enrico se salva, Paulo también. De la cueva pasamos a Nápoles, a la orilla del mar, donde vive el tal Enrico, que es un malvado bandolero acerca del cual Paulo no tiene ninguna duda: va a ir al infierno de cabeza. No hemos dicho que a Paulo le acompaña Pedrisco (Arturo Querejeta), un gracioso sin galán, en este caso, pero sí con amo y con misión que cumplir. El caso es que Paulo piensa que, ya que va a arder en las calderas de Pedro Botero, pues que sea con motivo, y deja al mismísimo Luis Candelas como un aprendiz. Hay que decir aquí que el vestuario a la goyesca es bastante acertado para esta comedia de santos y bandidos: incluso el demonio tiene aspecto de caballero afrancesado.


Pero los designios de Dios son inescrutables y el malvado Enrico, después de una serie de avatares, es apresado y condenado a la horca. Su padre, el venerable Anareto, consigue que se arrepienta de sus fechorías en el último momento y vemos cómo el alma de Enrico sube al cielo acompañado de dos bellos ángeles. Pero Paulo, santo toda su vida, no correrá la misma suerte. No tiene fe en sí mismo, aun menos en Dios, y su fin son las “llamas eternales”, a pesar de los últimos consejos que le da Pedrisco mientras agoniza en sus brazos. Entre medias, la acción secundaria: Celia (Muriel Sánchez) es una mujer famosa en Nápoles por sus dotes para escribir con ingenio cualquier cosa que se le encargue. Está enamorada de Enrico y es capaz por ello de darle todo lo que le pide. Cuando Enrico es apresado se casa con un caballero que la corteja, Lisandro, pero no olvida a Enrico y lo visita la víspera de su ejecución ( y hasta aquí puedo leer...)

Tirso fue un buen discípulo de Lope. Cumple a rajatabla con los preceptos de la Comedia Nueva y aquí se rompen todas las reglas aristotélicas: diversidad de espacios: el monte, la orilla del mar, la casa de Celia, la de Anareto, el calabozo...La solución escenográfica es sencilla pero muy eficaz: una pasarela de madera al fondo que desciende hacia el lado derecho del escenario, y una cortina azul que queda hasta la mitad del mismo y que tiene diversos usos, entre ellos, una vez caída, simular las olas del mar que agitan las damas-ángeles (Muriel Sánchez y Eva Trancón, que también interpreta a Lidora, la criada de Celia) El ahorcamiento de Enrico también es simbólico, como todas las muertes que se presencian en escena. Resulta encantadora esa naturalidad con que Tirso mezcla ángeles y demonios, bandidos y damas, gobernadores con Pedriscos...El montaje de Carlos Aladro está en esa línea de humor e ironía que requiere un Tirso, dentro de lo que cabe, claro, pues el asunto no es de comedia, precisamente, pero, como todo lo de Tirso, tiene una medida muy humana. La música es también un elemento destacado: el arpa de Sara Águeda subraya determinadas escenas y, tras la representación, nos despiden los Rolling.

De Carlos Aladro, el director, recuerdo su Terrorismo, de Oleg y Vladimir Presnyakov en La Abadía hace unos años, que me dejó pegada en la butaca. Ah, el teatro...Como diría una querida compañera de allende el Manzanares: ¿Alguna compañía necesita quien le lleve el botijo?

(Procedencia de la imagen)

miércoles, 17 de febrero de 2010

ME LO COMPRO

(Procedencia de la imagen)

Hae un par de semanas, los alumnos de primer ciclo de ESO y los del Aula de Enlace asistimos a la representación teatral de ¡Me lo compro!, a cargo de la compañía La brújula, en el teatro "La Jaramilla", de Coslada. Pasamos un buen rato, disfrutamos de la música, nos hizo reflexionar un poco y descubrimos, además, a un alumno de 1º B con madera de actor (Ángel, en el papel estelar de "Steve MacQueen" ). Los profesores de Lengua les pedimos a nuestros alumnos que hicieran posteriormente una reseña de la representación, con algunas indicaciones para su realización; en mi caso, por ejemplo, les pedí que hicieran un breve resumen, una descripción de los personajes y una valoración del trabajo de los actores, de la trama y de la puesta en escena. Mi compañera Paloma Quintana me ha enseñado ésta que yo os muestro a continuación de una de sus alumnas de 1º de ESO B. Tengo que decir que sólo he cambiado una preposición: ni una tilde, ni una falta de ortografía, ni una coma. (Apunta maneras...)

¡Me lo compro! es una obra teatral que conciencia a los jóvenes de la importancia de un consumo responsable. Bubu, Richi y Matrix son tres adolescentes que desean participar en un concurso televisivo y juvenil en el que hay que presentar un proyecto. Los tres chicos van a la casa del pueblo de Matrix. Allí se encuentran con la hermana de éste último, una compradora compulsiva que respeta muy poco el medio ambiente. Esto les da una idea: hacer un vídeo de Wendy (la hermana de Matrix) teniendo como lema "Reciclar, reciclar y reutilizar". Lo malo es que Wendy abliga a su hermano a que participe con ella en el concurso. Matrix accede, pero va a ayudar a sus amigos como si fuera de su grupo. Matrix se cansa de estar a las órdenes de su hermana y decide plantarle cara. Vuelve al grupo de sus amigos. Para que Wendy no les moleste, le buscan a un compañero para el concurso. Entonces eligen al niño de entre el público. Finalmente el grupo de Matrix decide hacer una casa con materiales reciclados como la del pueblo que había hecho el abuelo de Matrix. Wendy se da cuenta de que no se comporta bien y se va al bando de su hermano. Ganan el concurso.


Esta obra me gustó bastante, estaba muy bien preparada. Me parece que el mensaje estaba muy claro. Los transiciones de escena a escena eran muy rápidas y se hacían más amenas con la música. Los diálogos eran fáciles para que el mensaje se viera fácilmente.

El decorado se componía básicamente de la casita, pero creo que no hacía falta más. Me pareció muy divertido el detalle de sacar a alguien de entre el público. Estaba bien que cada personaje tuviera una personalidad diferente. Fue un detalle que al final contestaran a las preguntas del público. Los actores eran correctos, puede que el más "flojillo" fuera el que representaba a Rici.


En definitiva, la obra me gustó y es recomendable.



BELÉN NÚÑEZ BARTOLOMÉ
1º ESO B

domingo, 14 de febrero de 2010

YA NO LA QUIERO, ES CIERTO...

(Procedencia de la imagen)


Un clásico de la poesía amorosa: el poema nº 20 del joven Neruda, del libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Lo recita magníficamente el cantante Álex Ubago. Por cierto, hablando de cartas y de Neruda, acaban de publicarse las cartas que el poeta chileno se escribió con su mujer, Matilde Urrutia. Y, aunque esto no es una novedad literaria, es muy interesante y divertida su autobiografía Confieso que he vivido, de la que extraigo estas palabras acerca de la mujer que inspiró estos versos:


"Siempre me han preguntado cuál es la mujer de los "Veinte poemas", pregunta difícil de contestar. Las dos o tres que se entrelazan en esta melancólica y ardiente poesía corresponden, digamos, a Marisol y a Marisombra. Marisol es el idilio de la provincia encantada con inmensas estrellas nocturnas y ojos oscuros como el cielo mojado de Temuco. Ella figura con su alegría y con su vivaz belleza en casi todas las páginas, rodeada por las aguas del puerto y por la media luna sobre las montañas. Marisombra es la estudiante de la capital. Boina gris, ojos suavísimos, el constante olor a madreselva del errante amor estudiantil, el sosiego físico de los apasionados encuentros en los escondrijos de la urbe."

(Pablo Neruda, Confieso que he vivido, Barcelona, Seix Barral, 2003, pág. 63)



lunes, 8 de febrero de 2010

CARTAS DE AMOR



Queridos cañadienses del otro lado de los pupitres:

En el Departamento de Lengua esperamos vuestras cartas de amor. A ver, a ver, que no me he explicado bien: lo que quiero decir es que esperamos que os esmeréis en esas cartas que estáis escribiendo, que van a inundar las clases y de las que van a salir las más sugerentes, las más originales, las mejor redactadas...Habrá premios-sorpresa y una hermosa exposición que seguro, seguro, congregará multitudes...


¿Que no encontráis inspiración? Pues ahí van un par de ayudas: por un lado, el poeta Federico García Lorca escribe este soneto a su amor pidiéndole, precisamente, una carta.... Procede de esa maravilla llamada Sonetos del amor oscuro...Por otro, Mark Knopfler y los Dire Straits interpretan su famosísimo Romeo & Juliet: otra delicia (Si es que no hay forma de perder de vista a William, hay que ver...)


EL POETA PIDE A SU AMOR QUE LE ESCRIBA

Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmorta. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.


Pero yo te sufrí, rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena noche
del alma para siempre oscura.


Federico García Lorca, Sonetos del amor oscuro.
Poemas de amor y erotismo. Inéditos de madurez
Barcelona, Áltera, 1995




jueves, 4 de febrero de 2010

MARIBEL Y EL EXTRAÑO GLOG

Querida "troupe" de 3º:
Ya estamos a punto de acabar la parte teórica del trimestre. Os dejo el "glog" sobre Maribel...para que os resulte un poco más fácil y más agradable completar el cuestionario. Ahora, a respirar hondo y a prepararse para la práctica...


martes, 2 de febrero de 2010

DE VIVOS Y MUERTOS


Esta semana pasada han tenido lugar dos noticias relacionadas con dos autores excepcionales. Una es
la muerte de J. D. Salinger, el autor de El guardián entre el centeno. Creo que tuve la suerte de leer esta novela sin interesarme mucho por lo raro que era el autor, ni por todas las leyendas que rondaban alrededor del supuesto malditismo del texto. Cayó en mis manos porque un noviete - éramos tan jóvenes...-me la regaló y me la recomendó vivamente. Holden Caulfield, ese niño bien de los años 50, malhablado y consentido, rebelde sin causa, tocado por la desidia y el inconformismo del que todo lo tiene, me sedujo. Creo que, a pesar de todos los defectos del personaje -a veces dan ganas de abofetearle- produce, ante todo mucha ternura: el vértigo que le causa descubrir que el mundo no es exactamente como él esperaba, su torpeza al desenvolverse en escenarios adultos y su añoranza constante del niño que ya no es, ni será.

Holden es expulsado del colegio y deambula unos días por Nueva York antes ir a casa. Aunque dice que no es su intención, nos cuenta su vida. En esa fuga, sin embargo, algo se rompe en Holden y queda al descubierto su vulnerabilidad.


Es curioso que en los cuentos de Salinger (pues ésta es la única novela que escribió: 60 millones de ejemplares vendidos, 250.000 ejemplares aún cada año) siempre hay niños. Niños un poco raros: por su exceso de sensatez, por su lucidez, por su amor por lo sórdido o por su increíble inocencia. ..Las situaciones, los ambientes, son corrientes, banales, incluso vulgares. La guerra -siempre la guerra, en este caso la Segunda Guerra Mundial- y sus consecuencias también acechan a los personajes: les queda la locura, como a Seymour de "Un buen día para el pez plátano", o a Eloise, que perdió a su novio soldado ("El tío Wiggly en Connecticut")...La mezcla entre lo frívolo, lo banal, y la perspectiva que da el autor del sinsentido de esta civilización curtida a base de destruir y reconstruir otorgan a la prosa de Salinger (tan fresca, tan descuidada...) un gran atractivo.


El vivo -por muchos años- es Juan José Millás, que ha sido galardonado con el premio Don Quijote de periodismo. Leo - y escucho- a Millás hace muchos años. Me encantan sus artículos, sus cuentos y sus novelas. Millás tiene una visión del mundo, de la literatura y de la comunicación muy particular: nos ha revelado el lado inquietante de la gris realidad. Tanto, que a veces consigue que le demos otra vuelta de tuerca a esa inquietud: por ejemplo, coges un día el metro, la línea 5 y ves a un señor que parece Millás.

Lo parece, y probablemente lo sea, pero no hay que fiarse. Porque una recuerda la extraña sensación de leer Visión del ahogado en una cafetería entre Ciudad Lineal y el Barrio de la Concepción y darse cuenta de que, en ocasiones, algunas calles citadas en la novela están ahí, al otro de la acera y de la lluvia, y puedes llegar a creer que te ha atrapado en uno de sus relatos y que no sabes si podrás salir...

Este es el artículo premiado: (SGAE, ten piedad)

Un adverbio se le ocurre a cualquiera

Hemingway cobraba los artículos por palabras. A tanto el término, lo mismo daba que fueran adjetivos que sustantivos, preposiciones
que adverbios, conjunciones que artículos. No recuerdo de dónde saqué esa información, hace mil años (cuando ni siquiera sabía quién era Hemingway), pero me impresionó vivamente. En mi barrio había una tienda de ultramarinos, una mercería, una droguería, una panadería, una lechería… Pero no había ninguna tienda de palabras. ¿Por qué, tratándose de un negocio tan lucrativo, como demostraba el tal Hemingway? Para vender leche o pan, pensaba yo, era preciso depender de otros proveedores a los que lógicamente había que pagar, mientras que las palabras estaban al alcance de todos, en la calle o en el diccionario.

Imaginé entonces que ponía una tienda de palabras a la que la gente del barrio se acercaba después de comprar el pan. Sólo que yo las vendía a precios diferentes. Las más caras eran los sustantivos, porque sustantivo, suponía yo, venía de sustancia. Si la sustancia de una frase dependía de esta parte de la oración, lo lógico era que valiera más. Después del sustantivo venía el verbo y, tras el verbo, el adjetivo. A partir de ahí, los precios estaban tirados. Cuando un cliente, en mis fantasías, compraba tres sustantivos, le reglaba cuatro o cinco conjunciones, para fidelizarlo. Mi padre, que era agente comercial, utilizaba mucho el verbo fidelizar. ¿De dónde, si no, iba a sacar yo esa rareza gramatical? En mi tienda imaginaria había también un apartado de palabras inexistentes, para gente caprichosa o loca. Aún recuerdo algunas: copribato, rebogila, orgáfono, piscoteba, aguhueco, escopeja…

El negocio imaginario iba bien. Todo el mundo necesitaba mis palabras. Al poco de inaugurar la tienda tuve que contratar dos empleados porque no daba abasto. Luego compré el piso de arriba para ampliar el negocio, pues llegó un momento en el que la gente me pedía también frases. Puse en el sótano un taller con cuatro gramáticos que se pasaban el día construyendo oraciones. Las había de muchos precios, claro. Las frases hechas eran las más baratas. Recuerdo, entre las que tuvieron más éxito, en boca cerrada no entran moscas y no rascar bola, pero a mí me gustaban mucho también leerle a alguien la cartilla, ser un hueso duro de roer, chupar cámara, pelillos a la mar, o mi sastre es rico. El precio de las frases aumentaba a medida que resultaban menos comunes, o más raras. Por alguna razón que no llegué a entender, había mucha demanda de frases absurdas. Me duelen los zapatos, por ejemplo, los espejos fabrican harina orgánica, o las cremalleras son menos sentimentales que los botones. Con el tiempo tuve que crear un departamento dedicado de manera exclusiva a la construcción de frases absurdas.

La idea de la tienda de palabras y frases me resultó muy liberadora, pues siempre pensé que ganarse la vida era condenadamente difícil. El mayor miedo de mi infancia era el de acabar en una esquina, vendiendo pañuelos de papel. Un día que mi madre, tras suspirar con expresión de lástima, se preguntó en voz alta qué iba a ser de mí, le dije que no se preocupara, pues había decidido que iba a poner una tienda de palabras. Tras meditar unos instantes, me dijo que eso era un disparate y que debía poner mis energías en cuestiones prácticas. Ahí acabó mi sueño de vender palabras. Luego, de mayor, comprobé que los anuncios por palabras constituían un capítulo muy importante en la cuenta de resultados de los periódicos. Pero no le dije nada a mamá, para que no se sintiera culpable.

De todos modos, acabé viviendo de las palabras. No tengo una tienda abierta al público, tal como soñaba entonces, pero me levanto por las mañanas, las ordeno en un papel, las envío al periódico o a la editorial y me pagan por ellas. A tanto la pieza. Una pieza es un artículo. El término pieza se utiliza también entre los cazadores para denominar a los animales abatidos. La semejanza es correcta, pues escribir un texto se parece mucho a cazarlo. De hecho, con frecuencia se nos escapa. La otra noche, en la cama, con los ojos cerrados, pasó volando por mi bóveda craneal un artículo estupendo. Me levanté, cogí un cuaderno que tengo en la mesilla, apunté con el bolígrafo, pero la pieza había desaparecido. Desde la utilización masiva de los ordenadores, contamos los artículos por palabras. Éste que están ustedes leyendo tendrá unas 4.700. Puedo calcular a cuánto me sale la palabra y decir que cobro en plan Hemingway. Pero me sigue pareciendo mal que me paguen lo mismo por un sustantivo que por un adverbio. Un adverbio se le ocurre a cualquiera.


Juan José Millás
(procedencia del texto)


(Procedencia de la imagen)