lunes, 13 de diciembre de 2010

EL VIAJE AMERICANO



Vamos a subirnos a un barco, el Dux, un transatlántico que cubre el trayecto entre Le Havre y Nueva York. Estamos en la década de los años 30 del siglo XX, en los años en que el cine hacía el fantástico viaje del mudo al sonoro. Un grupo de españoles (gente de la farándula y del espectáculo) viaja en él, y el camarero José Carril es el encargado de atender al grupo a lo largo de la travesía. En él se encuentra la bella actriz Margarita Castellanos, de la que José se enamora nada más verla, hasta el punto de abandonar su trabajo en el Dux y seguirla. Pero cuando llegan a tierra, la cosa cambia: los besos de Margarita se han vuelto fríos y no quiere saber nada del “camarerito español”. Así que le deja plantado en la estación y coge su tren a Los Ángeles como tenía previsto. José no se rinde y la sigue. Por una serie de circunstancias- ah, el azar, siempre el azar- José pasa de soñar una vida junto a Margarita a vagabundear por la ciudad,  y a dar después con sus huesos en la cárcel. Allí conoce a un cazatalentos llamado Tom, quien le toma por uno de los cientos de chicos que llegan a Los Ángeles con un sueño bajo el brazo: el de triunfar en el cine. Cuando le sueltan, José lo tiene claro. Busca un estudio, una larga fila de hombres en busca de empleo y un trabajo que le permita sobrevivir (soldado de La Unión en un western, seis dólares). Es el primer paso para una inesperada carrera hacia la fama, con luces y sombras, como el de toda estrella que se precie (y hasta aquí cuento...). Este es el argumento de El viaje americano (SM, 1998), de Ignacio Martínez de Pisón quien ha recurrido a una interesante bibliografía para documentarse sobre esta época tan fascinante del cine, cuando en Hollywood se hacían las llamadas "versiones" de las películas rodadas en inglés, justo antes de la llegada del doblaje. Allí trabajaba una colonia española, formada por actores, actrices, directores, representantes... cuya vida se recrea a partir de ese hilo conductor  que es el amor de José por Margarita y su inesperada carrera como actor.
También algunos de nuestros escritores como Edgar Neville, Jardiel Poncela o Blasco Ibáñez cruzaron el charco, en diferentes momentos, para trabajar como guionistas en Hollywood, en productoras como la Fox o la Metro. El propio Neville, y hasta Charles Chaplin, aparecen como personajes secundarios en la historia de Pisón. El protagonista, José Carril, protagoniza otra novela, Una guerra africana (2000) –que aún no he leído- esta vez con  el Desastre de Annual como fondo: Carril quiere escapar de su pueblo y se enrola como voluntario para ir a África, a la guerra. (Quizá aquí sepamos cómo acabó de camarero en el Dux).
No puedo acabar esta entrada sin citar otra novela de Martínez de Pisón que he leído en alguna ocasión - de esto hace ya algunos años- con alumnos de 3º ó 4º de ESO: Carreteras secundarias (1996). En ella se cuenta la difícil relación entre un chico, Felipe, y su padre, quienes viven en continua mudanza, alquilando apartamentos de playa durante el invierno, y viajando de acá para allá por esas carreteras de la España de los 70. El propio Pisón, que también es guionista, la adaptó para el cine, y Emilio Martínez Lázaro nos ofreció una bellísima versión de la novela.

9 comentarios:

  1. Querida Carlota:
    Muy interesante la obra de Ignacio Martínez de Pisón, desconocida para mí, pero que entra a la lista de los muchos libros que recomiendas y tendré que conseguir.
    Vienen a mi mente películas mexicanas, en blanco y negro, que relataban la historia de españoles que llegaban al país a "hacer la América", expresión que durante décadas incluía a México y a otros países americanos. Actualmente europeos y de otros continentes, al pensar en América lo hacen considerando solamete a Estados Unidos de América y se olvidan de una treintena de países que la forman, pero lo peor del asunto es que los propios mexicanos se refieren a los estadunidenses como americanos, como si nosotros no lo fuéramos.
    Si estoy equivocada, por favor, dímelo.
    Te mando un cariñoso abrazo.

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  2. No estás equivocada,Mª Eugenia,todo lo contrario. En el caso concreto de la novela se habla de Estados Unidos pero, en España, por "hacer las Américas" - lo decimos en plural- se entiende exactamente eso que tú dices, y precisamente países como México o Argentina acogieron a muchísimos españoles que cruzaban el charco en busca de una vida mejor. En la novela de Pisón se habla también de la competencia que había entonces entre los actores hispanos: mexicanos, argentinos y españoles luchaban por imponer su acento en las versiones de películas en español. (No sé quién se llevaría el gato al agua en los años 30, pero los niños españoles de los 70 no concebimos los doblajes de Disney sin acentos colombianos, venezolanos. mexicanos...Apapachos.

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  3. ¡Qué belleza de reportaje!..No leí nada de M.
    de Pisón,ni conozco su obra..te felicito por todo
    lo que nos enseñas,y por las fotografías tan
    adecuadas,bellas y simbólicas que siempre seleccionas...Gracias Amada Mía Carlota Blom.
    Besiños.

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  4. Je, je, je...Gracias, M.J.RIZOS, por esos buenos ojos con que me ves. Besiños.

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  5. Qué buen y completo post. Tomo nota de la referencia.
    Besos.

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  6. Gracias, Jordi. Petons.

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  7. Carlota, como veo que el comentario que te dejé ayer desde la biblioteca se ha perdido, pues insisto. Te decía que, como Mª Eugenia, me procuraré esta lectura; precisamente voy a empezar el tema "la música en el cine" con los de 4º y seguro que me ayudará a entrar en materia. ¡Me encanta el cine de aquella época!
    Muchos besos.

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  8. ¡Ah!¡Qué interesante! ¿Y puedo colarme en tu clase, LolaMu?

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  9. Anónimo20:33

    Me encanta esa historia de echo estoy dando lectura a un libro q justamente tiene ese título creo q es el barco de vapor EL VIAJE AMÉRICANO

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