domingo, 1 de julio de 2012

NO SE ENTIENDE (¿O SÍ?)


Queridos navegantes que os asomáis por estos pagos:


Me gustaría echar el cierre al curso -bástele a cada día su propio afán- con un artículo publicado en nuestra deslumbrante Bengala, la revista que tras un breve paréntesis de unos añitos, y cuyo timón dirige con gran maestría nuestro compañero Claudino Blanco, nos lleva acompañando  25 años en estas tierras cañadienses. 
El artículo recoge una reflexión relacionada con la situación, nada normal, por mucho que se empeñen, de la educación, especialmente en Madrid, que es donde sobrevivo yo, y donde hace casi un año salieron las dichosas instrucciones que tan mal curso nos han dado, y que se han ido rectificando sin consecuencias políticas ni de ninguna clase para los que se las sacaron de la manga. Ahora ya han salido las del curso próximo, mucho más calculadas y con el respaldo legal que les faltó a las anteriores, y que motivó la avalancha de recursos de alzada y de contenciososos, amén de la infinidad de protestas que todo el  mundo conoce. En este sentido, ya vemos que esto es lo de menos: a golpe de decretazo  se aumentan ratios, se eliminan profesores y recursos y encima tenemos que convencernos de que esto no afecta a la calidad.  


Foto de LolaMu, en una de las muchas manifestaciones
de este curso en contra de los recortes en Educación.
El caso es que en estos días en los que andamos haciendo memorias e informes y poniendo ya el ojo en septiembre, ya sabemos que en Madrid no habrá becas de libros de textos (serán sustituidas por un sistema de préstamos del que no sabemos nada, y que me preocupa como madre que se beneficiaba de estas ayudas para sus hijos); que se han subido escandalosamente,  entre otras cosas -como en otras comunidades- el precio de las escuelas infantiles y de las matrículas de FP y Universidad;  que se están suprimiendo modalidades de bachillerato,  como en el IES Lázaro Carreter de Alcalásolo una muestra de los que ya han caído y de los que están por caer, hecho que contrasta con la rapidez con que justo este curso el gobierno de Aguirre decide concertar el bachillerato en todos los centros privados concertados de la región. 


El ministro, por su parte, anda en estos días pergeñando la enésima reforma educativa, y no se le ocurre nada mejor que echar la vista atrás y resucitar eso que oía a mis mayores, la reválida la llamaban, todo un alarde de innovación y modernidad,  y que se revela como un instrumento eficacísimo contra el fracaso escolar. En fin, podría seguir, porque no es solo en Madrid: miremos de norte a sur y de este a oeste y no hay comunidad que no se resienta de este tijeretazo infame a la educación. A todo esto, asistimos perplejos a cómo sí hay dinero para corregir los descalabros financieros de unos y  las meteduras de pata de otros. Y los defradaudores, por la puerta grande.


El artículo, que os invito a leer sin más preámbulos, se titula "No se entiende". Pero, visto lo visto, quizá ya estemos empezando a entender. 
Feliz verano.
Artículo La Bengala