miércoles, 31 de octubre de 2012

DE LENGUAS, FABLAS Y FABLILLAS

Procedencia de la imagen

Un botón de muestra de la diversidad lingüística  y dialectal de España. A ver si así, con mucho sentido del humor, se hace más llevadero completar este ejercicio sobre lenguas y dialectos españoles.

                                 


Además del libro de texto, puedes consultar los siguientes enlaces de Materiales de Lengua y Literatura, de Lourdes Domenech y Ana Romeo:


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(Sirva esta entrada, además, para festejar que, por estos días, En ocasiones...leo libros cumple cuatro añitos. ¡Parece que fue ayer! Nuestra primera reseña fue de Crónicas de la torre, de Laura Gallego, por cierto, flamante ganadora del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2012)


miércoles, 17 de octubre de 2012

POBREZA

Crédito de la imagen


DIÁLOGO ENTRE BABIECA Y ROCINANTE 
 Soneto 

B. ¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado? 
R. Porque nunca se come, y se trabaja. 
B. Pues ¿qué es de la cebada y de la paja? 
R. No me deja mi amo ni un bocado. 

B. Andá, señor, que estáis muy mal criado, 
pues vuestra lengua de asno al amo ultraja. 
R. Asno se es de la cuna a la mortaja. 
¿Queréislo ver? Miraldo enamorado. 

B. ¿Es necedad amar? 
                                    R.  No es gran prudencia.
B. Metafísico estáis.                         
                             R. Es que no como.
      B. Quejaos del escudero. 
                              R. No es bastante. 

¿Cómo me he de quejar en mi dolencia,
 si el amo y escudero o mayordomo 
son tan rocines como Rocinante?


Fieles a ese espíritu que a veces nos posee de vocación de "calendario zaragozano", y con motivo del Día internacional para la erradicación de la pobreza, me he permitido elaborar esta personal antología de textos literarios que reflejan algo que  no hace falta ir a buscar a remotos países.  La tenemos aquí, instalada entre nosotros, implacable como una madrastra de cuento y acechante como el aliento de los lobos. Vivimos en una sociedad cada vez más empobrecida, más encogida, más triste. "Arrimar el hombro", "apretarse el cinturón", son frases huecas que deben de chirriar en el oído del que ahora ya no puede ir al dentista, o del que ha tenido que pedir prestado para comprarse una lavadora, o de aquel que  ha tenido que decirle al niño que este año no le puede pagar la matrícula de la facultad, o del funcionarioque  decide que va al trabajo con 39º de fiebre porque no puede permitirse el lujo de ponerse malo. Eso por no hablar del que espera a las diez de la noche para asaltar los contenedores del hipermercado o hace cola diariamente en un comedor social para echarse algo caliente entre pecho y espalda.