Niña de la cueva,
los campos azules
de encima de techo de mundo gigante
estar ya despiertos.
Grandes y tan bellos.
Los toros de nieve cambiantes
cabalgar al alba
jinetes de fuego sentados en ellos
dejar olvidadas sobre nuestra tierra
muchas cosas nuevas.
Y si tú dejarme
cogida de pelo de sol
yo llevarte
a descubrir ellas.
Niña de la cueva.
Niña de la cueva,
yo ser no valiente.
Yo hombre no firme.
Cachorro.
No fiera
de afilados dientes.
Todos de mi gente:
los campos azules
de encima de techo de mundo gigante
estar ya despiertos.
Grandes y tan bellos.
Los toros de nieve cambiantes
cabalgar al alba
jinetes de fuego sentados en ellos
dejar olvidadas sobre nuestra tierra
muchas cosas nuevas.
Y si tú dejarme
cogida de pelo de sol
yo llevarte
a descubrir ellas.
Niña de la cueva.
Niña de la cueva,
yo ser no valiente.
Yo hombre no firme.
Cachorro.
No fiera
de afilados dientes.
Todos de mi gente:
Cobarde,
decirme,
porque tener miedo
cuando después rojo final de los días
arriba
en oscuro
grande bestia negra de nombre “Futuro”
guiñarme mil ojos.
Y yo tener claro que yo ser no fuerte.
y yo tener claro que ser no guerrero.
que fácil por muchos asustarme
pero
sin duda
sin miedo
yo manos desnudas subir lejos,
fuera
a cazar de cena la carne del cielo
si tú tener hambre,
Niña de la cueva.
Porque,
por tú verme,
caminar erguido
y quitar con agua maloliente lodo de mi piel,
y solo
para tú contarte
guardar muchas cosas aquí donde frente,
saber de corrido el nombre de todo.
Y aunque por ser débil
y ser poca cosa
y no ser capaz de cazar ni una cabra,
no tener yo piel para hacer tú vestido
Niña de la cueva
para que tú hermosa
yo tallar tú estas piedras preciosas
llamadas “palabras”.
Y cuando los miedos agarrarme el pecho
y el frío azotarme en agujero estrecho
que yo llamo cama
Sentirme valiente,
sentirme caliente
por saber que
yo
No querer mañana
No querer planetas. No querer cohetes.
No querer ciudades. No querer antenas.
No querer la bomba, la radio, la tele.
No querer tejanos.
No querer motores.
No querer el nylon.
No querer la imprenta.
No querer comercio.
No querer las leyes.
No querer la banca.
No querer polea.
No querer palanca.
No querer el templo.
No querer moneda.
No querer la espada, no el cuero, no el arte.
No querer el hierro.
No querer la rueda.
No querer el habla.
No querer el fuego.
No querer ser hombre.
No querer ser nada
si tú no quererme
Niña de la cueva
DANIEL ORVIZ
¡Simplemente genial!...y el video es mucho más ue curioso. Me parece muy didáctico. Ahora mismo me pongo a curiosear en la red la obra de este autor.
ResponderEliminarPor cierto, me has metido el gusanillo del movie maker.
Un saludo de Estrella desde La Tribu.
Interesante el troglodita éste. No, para la lírica nunca acaban de ser tan malos tiempos, porque cuanto más malos, mejor...
ResponderEliminarA mí me ha gustado mucho. Además, me encanta aprender estar cosas de los alumnos. (Bueno, ex-alumna en este caso, que Nieves ya está en la uni). Je,je, pues estoy expectante a ver que se "muvimaquea" desde La Tribu, Estrella.
ResponderEliminar¿Verdad que sí, Biblos? (No me he resistido a poner el enlace de los "Golpes Bajos". Cosas de la edad)
ResponderEliminarA mí también me ha gustado mucho Carlota; no había oído hablar siquiera de Daniel Orviz pero, por el poema, si que parece interesante. Habrá que leer mas cosas suyas.
ResponderEliminar¡Cuánto artista! ¡Qué estupendo!
Enamorada estoy de esta poesía, como de otra suya que se titula quiéreme. Esta ultima la podéis encontrar en youtube con el nombre: "Signo de admiración", ya que es una colaboración entre Daniel Orviz y Capman (Nacho Aldeguer).
ResponderEliminarSi alguien se anima a ir el jueves allí nos veremos y sino, no te preocupes Ana que ya te contaré y te prestare mi libro, porque pienso comprarmelo :)
Nieves.
Publica bastantes cosas en su blog, Lola, y lo cierto es que está bastante bien.
ResponderEliminarNieves, nos has descubierto un poema precioso y a un artista muy interesante. Ya me contarás qué tal el recital del jueves.
Solo puedo decir que el recital fue INCREIBLE. El local rebosaba de magia, cada palabra que salia de boca de Dani era como una droga que me hacia querer escuchar mas y mas de sus poesías.
ResponderEliminarReí y casi llore (con niña de la cueva por supuesto), y me reí aún más cuando Dani recitó su poesía cantando :P
Pero lo mejor fue que dedicara un poco de su tiempo en hablar conmigo y firmarme los dos maravillosos ejemplares que me lleve de su libro.
Os recomiendo a todos que vayáis a verle cuando haya una nueva oportunidad, porque no os defraudara
Nieves, muchas gracias otra vez por tu regalo (luego me di cuenta de que estaba dedicado por el mismísimo autor). No sabes cuánta ilusión me ha hecho. Un beso.
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