lunes, 10 de noviembre de 2008
UNA TARDE EN EL CLÁSICO
Pedro Calderón de la Barca no sólo escribía dramas de honor. También se dedicó a divertidas comedias de enredo que suponemos harían las delicias de los cortesanos de palacio, pues de enredos palaciegos trata esta comedia en la que, como en tantas piezas del Siglo de Oro, el travestismo y el disfraz tienen un papel destacado.
Lisarda (ésta del sombrero) está enamorada de Federico, quien bebe los vientos por su prima Serafina, a quien, sin ella saberlo, ha salvado de un terrible incendio, sacándola, inconsciente, en sus brazos de entre las llamas. Lisarda, al enterarse por casualidad, siente celos, y trama un engaño: se disfrazará de hombre y fingirá ser el salvador de Serafina; para ello mostrará una prueba irrefutable: un colgante que se quedó entre sus manos al sacarla del fuego. Por supuesto, ha conseguido el colgante arrebatándoselo al bobo de Federico, que se cree que Lisarda lo ha arrojado a las aguas del río Po (Calderón sitúa la acción en Italia).
Pero Federico no es el único pretendiente de Serafina: César, un caballero un poco afeminado debido a que su madre lo ha criado rodeado de mujeres, está dispuesto a enamorar a Lucrecia con las armas que mejor conoce: se disfrazará de dama y conseguirá estar cerca de Lucrecia para seducirla. El tercero en discordia es Carlos, el pretendiente con menos opciones.
Si la música -en directo-tiene un papel relevante en todos los montajes de Eduardo Vasco, en ésta tiene un protagonismo especial, no sólo porque la obra anticipe el género de las zarzuelas que poco tiempo después el mismo Calderón escribirá; también por el uso casi cinematográfico que tiene lo musical en la puesta en escena.
Muy divertida es la parte final de la obra (¡Un descanso a la mitad hubiera venido muy bien!); el vestuario de Caprile, muy vistoso, ayuda a la ambientación barroca que le ha dado el director; excelente el trabajo de Miguel Cubero (Celia-César, en la imagen con peluca), y de Notario y Misó puedo confirmar lo visto otras veces: una vez más demuestran su experiencia y su arte en el oficio.
Los jueves el Clásico cuesta 9 euros. La obra estará hasta diciembre. ¿Vas a esperar otro siglo a que la repongan?
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¡Qué envidia de abono, Carlota Bloom!
ResponderEliminarQuerida Trapisonda: de abono nada. Día del espectador mondo y lirondo.
ResponderEliminarHola a todos, yo fue a ver esta obra y me encanto, es fantastico, al principio se hace muy dificil comprendre el lenguaje, pero una vez pasado el tiempo se hace comprensible e incluso muy entretenida debido a los lios amorosos entre los protagonistas. El vestuario es excepcional (sueño con poder ponerme un traje parecido al de Serafina jej).
ResponderEliminarBueno la conclusión que saco es que deberíais a verla porque os va a encantar(y si vais con tiempo cerca hay un vegetariano donde cenar jeje).