Puede ser que exista otra forma de leer. Puede ser que un día, mientras camines distraídamente por algún pasillo, encuentres un libro en el suelo. O sobre un pupitre. O en las escaleras del metro. O, quizá, en el lavabo de la tercera planta. Si el libro lleva una etiqueta que lo identifica con un número, y te pide que entres en una página llamada http://www.bookcrossing-spain.com/, sabrás que es un libro viajero. No te dejará más que dos opciones: "Léeme o déjame". Si lo lees, puedes entrar en esa página, poner el número que lleva en sus lomitos y decir qué te ha parecido, dónde lo has encontrado y, si quieres, dónde lo vas a dejar para que alguien más tenga ese mismo hallazgo feliz. Si prefieres dejarlo pasar, sigue tu camino y deja que otro se sorprenda como tú. No lo lleves a conserjería, es inútil. El libro volverá a perderse para que alguien lo encuentre.
Hay millones de "bookcrossers"por el mundo: desde los dos que hay en las Íslas Vírgenes (¿se dejarán los libros en la puerta de casa, directamente?) hasta los más de 35.000 que hay en España (En Coslada hay 20. En San Fernando 10).
Yo que tú vigilaría tus costados. Quizá algunos libros hayan decidido venir a quedarse. Quizá ya estén aquí, entre nosotros...
¡Ya están aquíiiiiiiii!!!!!
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