Érase una vez una linda niña que vivía en un gran palacio, rodeada siempre de sus meninas, enanos y demás personas de la corte. Nunca podía estar sola.
Para no aburrirse le gustaba que le contasen historias de amor. Su preferida era siempre la misma y no se cansaba de escucharla , se titulaba “ El Reflejo de la Fuente”.
.
Trataba de una pareja de adolescentes, Mina y Roberto, que se conocieron de casualidad.
Estaba Mina paseando por los jardines de palacio, cuando de pronto sintió sed. Se acercó a una de las muchas fuentes que allí había y al inclinarse para beber vio reflejada en sus aguas el rostro de un joven.
Se dio media vuelta para ver de quién se trataba y se encontró con el chico más guapo que jamás había visto.
Preguntó quién era y su sorpresa fue cuando éste le contestó que era su primo, hijo del hermano de su padre.
Quedaron prendados el uno del otro, aunque tuvieron que mantenerlo en
secreto, pues en palacio estas relaciones estaban prohibidas.
Sus encuentros cada vez se hacían más emocionantes, pero esto no duró mucho. El bufón más cotilla de la corte los descubrió una tarde cuando se besaban junto al estanque.
El rumor llegó a oídos del rey, que mandó encerrar a la princesa e invitó a que se marchara su sobrino .
Jamás se supo nada de ellos.
Para no aburrirse le gustaba que le contasen historias de amor. Su preferida era siempre la misma y no se cansaba de escucharla , se titulaba “ El Reflejo de la Fuente”.
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Trataba de una pareja de adolescentes, Mina y Roberto, que se conocieron de casualidad.
Estaba Mina paseando por los jardines de palacio, cuando de pronto sintió sed. Se acercó a una de las muchas fuentes que allí había y al inclinarse para beber vio reflejada en sus aguas el rostro de un joven.
Se dio media vuelta para ver de quién se trataba y se encontró con el chico más guapo que jamás había visto.
Preguntó quién era y su sorpresa fue cuando éste le contestó que era su primo, hijo del hermano de su padre.
Quedaron prendados el uno del otro, aunque tuvieron que mantenerlo en
secreto, pues en palacio estas relaciones estaban prohibidas.
Sus encuentros cada vez se hacían más emocionantes, pero esto no duró mucho. El bufón más cotilla de la corte los descubrió una tarde cuando se besaban junto al estanque.
El rumor llegó a oídos del rey, que mandó encerrar a la princesa e invitó a que se marchara su sobrino .
Jamás se supo nada de ellos.
Lidia Mellado Castillo 2º A
2º premio prosa modalidad C (1º ciclo ESO)
¡Qué blog más lindo!
ResponderEliminarSi cuando éramos alumnas hubiéramos tenido estas herramientas y profes como tú dispuestos a usarlas, otro gallo le hubiera cantado a muchos.
Te he visitado de puntillas, pero me encantará pararme en tus nuevas y viejas entradas y seguir a tus amigos blogueros, que por lo que intuyo, merecen la pena.
Un beso gordo
Marga
Gracias, Marganauta, eres un sol. Me alegro mucho de leerte. Estás en tu blog.
ResponderEliminarMuy bonita y entrañable la historia de mi amiga Lidia.Primer año que se presenta y primer año que consigue un puesto, estamos sembrados! xDD
ResponderEliminar¡Felicidades Lidia! Te quiero amiga ^^
Nos vemos por los pasillos Carlota.
Nuxiii
Nos vemos, Aprendiz. Lidia, enhorabuena, una historia muy sugerente.
ResponderEliminarQuerida Lidia: el relato es precioso. "Las siete historias para la Infanta Margarita" dejaron su huella y aquí está tu preciosa historia. Enhorabuena por este premio. Te lo mereces. Un abrazo fuerte de Hojas.
ResponderEliminargracias a todos la verdad es
ResponderEliminares que es mi primer año y
la vedad estoy muy contenta