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Rosa, nuestra alumna más especial, se despide de su instituto, La Cañada
Foto de LolaMU
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Junio llega a su fin, y con él este curso, tan igual y tan distinto a todos los cursos.
Ha sido el curso de Edmodo, un aula virtual que conocí gracias a los profesores del instituto de mi hijo,y por cuyo uso me decidí después de leer este post de Antonio Omatos. Coincidía con la decisión de no tener libro de texto en 3º de ESO, hecho que si bien me ha dado cierto trabajillo, me gustaría tener oportunidad de poder repetir. Especialmente ahora que se ven más inciativas en el patio docente de crear y elaborar materiales propios: es el caso de los textos Marea Verde, o de la reciente propuesta de Lourdes Giraldo, un proyecto colaborativo para crear materiales propios en Infantil y Primaria. Los profesores, los departamentos didácticos tenemos -debemos- tener más criterio que dar el visto bueno a un determinado manual. Algunos son útiles, pero a mí a veces me resultan más una carga que una ayuda. Me duele en el alma no acabar un libro que ha costado un dineral, bien porque son infinitos, bien porque no todo es aprovechable. Quizá el hecho de ser también madre paganini de libros escolares- me quedé si beca :-(- , y lo que agradezco cuando veo que profesores de mis hijos que utilizan sus propios materiales me redimen de aflojar la mosca, me lleva a mí a hacer lo mismo. Lo cierto es que la posibilidad de acceder a la inmensa biblioteca de texos y recursos que es Internet, hacen cada día más difícil conformarse con un texto cerrado y limitado.
Aunque el hecho merece una reflexión mucho más profunda que la que tengo intención de dejar aquí, la experiencia de Edmodo ha sido positiva y muy interesante. Por distintas circunstancias, tengo la sensación de que no le he sacado todo el jugo que me hubiera gustado, pero tener la posibilidad de plantear tareas con materiales mucho más variados que el libro de texto, y con muchas más posibilidades de trabajo, ha sido un lujo.
Como somos pocos y bien avenidos, he podido disponer de las aulas de informática al menos en el 50% de las clases. (No, en Madrid nunca hemos tenido tabletas ni miniportátiles). Edmodo tiene una apariencia y un funcionamiento muy parecido a la de cualquier red social, y no hace falta decir que la novedad fue acogida con vítores y aplausos. Pero no se piense que ha sido la panacea, no. El alumno desmotivado o poco dado al trabajo no ha visto transformada su actitud a golpe de ratón, pero es verdad que al menos a estos les ha servido para interesarse por determinadas actividades que de manera tradicional ("pág. tal, ejercicio cual") hubiera sido imposible. Otros sí lo han aprovechado mucho al disponer y utilizar de materiales ricos y variados, algunos difícilmente accesibles en papel. Trabajar los medios de comunicación este curso ha sido una gozada con la enorme posibilidad que ofrece la red de acceder a periódicos de todo tipo (¡Ay, esas tardes de hacer recortables con el periódico!), de comparar el tono y el estilo de las distintas publicaciones y de realizar tareas como esta.
Edmodo permite proponer tareas ("asignaciones") con fecha de cierre y posbilidad de corrección, por supuesto con enlaces de todo tipo. También permite hace cuestionarios del tipo respuesta múltiple, verdadero o falso, o respuesta breve, que para algunas aspectos de la materia resulta muy práctico. Resulta muy útil para hacer comunicaciones o compartir vínculos de manera más discreta que en otro tipo de espacios webs; también para plantear preguntas que pueden ser contestadas en el "muro" del grupo con la posibilidad de que lo vean el resto de los compañeros. No permite los mensajes directos entre los alumnos, solo con el profesor, de manera que no pueden "charlar" en secreto.
Realizar tareas como esta de Fakebook o esta sobre líneas del tiempo de la literatura medieval es mucho más fácil desde el aula virtual: el alumno accede con comodidad desde su cuenta; puede reunir materiales para consultar de manera sencilla, así como cerrar la actividad y acceder de nuevo a ella cuando sea necesario.
Ha sido el curso de Estos días azules, el trabajo que hemos llevado a cabo dentro del proyecto Un paseo con Antonio Machado, del que ya hemos hablado aquí. Ha sido un placer trabajar con mis compañeros Lola del Corral, de Música, Mercedes Alted, de Francés, y José Carlos Pascual, de Educación Plástica. También ha sido muy gratificante descubrir qué bien han trabajado estos alumnos de 2º de ESO -desconcertados, al principio: ¿qué es eso de abordar una tarea con el mismo objetivo desde cuatro asignaturas? ¡Están locos estos roma...digo, estos profesores!- pero muy animados después.
Ha sido también el último curso de Rosa, mi alumna más especial, que como otros alumnos se marcha a seguir buscando su camino en la vida y a ampliar su formación. He querido ilustrar esta entrada con su caligrafía tierna, y con las flores que nos deja como recuerdo de su paso por el centro. Será difícil olvidarla.
También es difícil no hacer una mención al desguace de la cosa educativa -y sanitaria, y laboral... que vivimos. Nuestro alumnado y nuestro trabajo ya están sufriendo en sus carnes sus efectos. Al menos me alegra comprobar que entre parte de mi alumnado se ha despertado una cierta conciencia crítica, un interés por conocer, opinar y participar de la vida pública, como no podía ser de otra manera. Yo sigo con mi camiseta verde, un poco más deslucida y vieja que hace dos cursos, pero la sigo paseando porque conviene tener presente que lo que perdamos va a ser difícil de recuperar.
Ahora, toca descanso, disfrute y entrega a otras tareas. Como siempre, los libros y el verano esperan, cálidos y acogedores, a que me pierda en ellos. Bendita evasión.