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(Las uvas de la ira, Ediciones El País, capítulo XVI, pág 275)
Tom hizo una pausa al pasar junto al guarda.
-¿Hay algún sitio donde uno pueda darse un baño?
El guarda le estudió a media luz. Por último dijo:
-¿Ve el depósito de agua?
-Sí.
-Allí hay una manguera.
-¿Hay agua caliente?
-Oiga, ¿quién se cree que es, J.P.Morgan?
-No-dijo Tom-. No, le aseguro que no. Buenas noches.
El guarda gruñó con desprecio.
-Agua caliente, por el amor de Dios. Y querrán bañeras, lo siguiente-siguió con la mirada sombría a los cuatro Joad.
Un segundo guarda llegó por detrás de la última casa.
-¿Qué ocurre, Mack?
-Pues nada, esos malditos okies. ¿Hay agua caliente?, dice.
El segundo guarda apoyó la culata de la escopeta en el suelo.
-So los malditos campamentos del gobierno -explicó- No vamos a tener paz hasta que nos quitemos esos malditos campamentos de encima. Antes de que nos demos cuenta querrán sábanas limpias.
(Opus cit. pp. 543-544)
A pesar de la dureza del relato, (impresionante la escena del parto de la chica Joad), Steinbeck deja que pase un rayito de luz. Se agradece, porque casi llegamos al final conteniendo la respiración. Pensamos aliviados que es una suerte que estos sean otros tiempos, que los años 30 ya pasaron y que esto no es la Oklaoma de la Gran Depresión. Aquí y ahora no tenemos que pelearnos por un trozo de tierra, ni competimos con otros hambrientos como nosotros, y todos todos disfrutamos de un gran bienestar.
(A Steinbeck también se le puede sacar partido en el aula. La perla y de De ratones y hombres o Los hechos del rey Arturo son lecturas que pueden abordarse perfectamente en secundaria. Muchas de sus novelas han sido llevadas al cine con gran éxito: John Ford realizó la película homónima en 1940, con un inolvidable Henry Fonda como Tom Joad, y Elia Kazan adaptó Al este del Edén, con el no menos inolvidable James Dean.)
A pesar de la dureza del relato, (impresionante la escena del parto de la chica Joad), Steinbeck deja que pase un rayito de luz. Se agradece, porque casi llegamos al final conteniendo la respiración. Pensamos aliviados que es una suerte que estos sean otros tiempos, que los años 30 ya pasaron y que esto no es la Oklaoma de la Gran Depresión. Aquí y ahora no tenemos que pelearnos por un trozo de tierra, ni competimos con otros hambrientos como nosotros, y todos todos disfrutamos de un gran bienestar.
(A Steinbeck también se le puede sacar partido en el aula. La perla y de De ratones y hombres o Los hechos del rey Arturo son lecturas que pueden abordarse perfectamente en secundaria. Muchas de sus novelas han sido llevadas al cine con gran éxito: John Ford realizó la película homónima en 1940, con un inolvidable Henry Fonda como Tom Joad, y Elia Kazan adaptó Al este del Edén, con el no menos inolvidable James Dean.)
Después de leer esta entrada de tu blog no me queda más remedio que buscar los libros que citas. Me gusta mucho la novela americana, pero no he leído nada de este autor.
ResponderEliminarAunque seguro que ya lo conoces, me permito sugerirte la lectura de Stoner, de John Williams, también de la época de la gran depresión, un libro que nos "informa", amargamente,de para qué vale cumplir las reglas.
Un cordial saludo.
Muchas gracias por la recomendación, no lo he leído. A mí también me interesa la literatura norteamericana, y especialmente esta época, así que tomo buena nota. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarCómo me gusta leerte entre líneas, mi querida Carlota. Ya sé con qué texto voy a comenzar a trabajar este curso; me lo has puesto en bandeja. Muchos besos y muchas gracias.
ResponderEliminarJejejejeje, a mandar :-))
ResponderEliminarLa novela, de 1939, es una obra maestra de la literatura. La película, de 1940, es una obra maestra del cine. Gracias Carlota por esta bella nota.
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