domingo, 1 de marzo de 2009

UN TROZO DE NICARAGUA EN MADRID



Cuando yo era pequeña, a veces pasaba algún tiempo en vacaciones en casa de una tía que vivía en una portería en el centro de Madrid. Era un lugar fascinante para una niña: había gatos, un gran patio interior, escaleras de madera que conducían a los dormitorios y hasta sótanos que me hacían temblar de miedo, por lo lóbregos y sugerentes: ahí debían de habitar todos los fantasmas del mundo. Una de las cosas que más me gustaban eran los pósters que forraban la habitación de mi prima.
Había imágenes de cantantes, de portadas de disco, de reivindicaciones políticas (eran los 70 y primeros 80) pero también de versos: Machado, Víctor Jara , Serrat, Neruda y...Ernesto Cardenal. Es en esas paredes donde yo leía incansablemente sus poemas, sin saber entonces que eran suyos.

Ernesto Cardenal, poeta nicaragüense, ha estado esta semana en Madrid para recibir un homenaje en la Casa de América. Cardenal tiene 84 años, es sacerdote católico y uno de los máximos exponentes de la Teología de la Liberación. Este domingo es entrevistado por el diario "El PAÍS" y me ha sobrecogido la tristeza de un hombre con tanta vida a cuestas. Como le pasó a Naguib Mahfuz los últimos años de su vida (prácticamente encerrado en su casa de El Cairo, guardándose de los ataques furibundos de los extremistas), Cardenal vive en una Nicaragua que le es extraña y dura, muy dura. Dejo algunos de esos versos, testimonio de vida (la suya, la mía, la de muchos).


(Fotografía de Julia Ardón)

EPIGRAMAS

Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.

los he escrito sencillos para que tú los entiendas.

Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan,

un día se divulgarán tal vez por toda Hispanoamérica.

Y si al amor que los dictó, tú también lo desprecias,

otras soñarán con este amor que no fue para ellas.

Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,

escritos para conquistarte a ti despiertan

en otras parejas enamoradas que los lean

los besos que en ti no despertó el poeta.



De estos cines, Claudia, de estas fiestas,

de estas carreras de caballos,

no quedará nada para la posteridad

sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia

(si acaso)

y el nombre de Claudia que yo puse en esos versos

y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlos

del olvido, y los incluyo también en mis versos

para ridiculizarlos.



Al perderte yo a ti

tú y yo hemos perdido:

yo porque tú eras lo que yo más amaba

y tú porque yo era el que te amaba más.

Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:

porque yo podré amar a otras como te amaba a ti

pero a ti no te amarán como te amaba yo.

Esta será mi venganza:

Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso

y leas estas líneas que el autor escribió para ti

y tú no lo sepas.

Me contaron que estabas enamorada de otro

y entonces me fui a mi cuarto

y escribí ese artículo contra el Gobierno

por el que estoy preso.

Yo he repartido papeletas clandestinas,

gritando: ¡VIVA LA LIBERTAD!

en plena calle

desafiando a los guardias armados.

Yo participé en la rebelión de abril:

pero palidezco cuando paso por tu casa

y tu sola mirada me hace temblar.

1 comentario:

  1. Anónimo00:06

    Dolor de quien ha tenido una lucha constante toda su vida y la lucha se le mete en el alma.Hojas de limón.

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