(Después de un mes en el cibersepacio, por fin hablamos de otra novela. Y es que, el título está por algo: en ocasiones...leo libros...)
Agua Fría –antes Talika- tiene doce años cuando se encuentra ante dos hechos que sacuden su existencia como un aldabonazo: muere su madre –de manera estúpida, azarosa- y ella es elegida por el Cristal para ser sacerdotisa e iniciar su aprendizaje en el Talapot, una especie de palacio-santuario dividido en Círculos que marcan el progreso de los aprendices (Exterior, Sombras, Tinieblas, y el Círculo Interior, reservado a los elegidos). El mundo de Agua Fría se rige por una Ley severa e implacable, una Ley que sirve para mantener un mundo que, sin embargo, se pierde: ya no nacen niños y una densa niebla se desliza por todos los rincones del Imperio cada vez que algo muere, difuminando y borrando los contornos de cualquier resquicio de vida.
Agua Fría inicia su aprendizaje –duro, cruel, injusto, salvaje- y, en contra de todo lo previsible, un aliento rebelde e inesperado en ese mundo le obliga a huir...
Temblor es ese tipo de novelas que los manuales etiquetan como de iniciación o (aprendizaje -casi siempre arduo-) de una persona joven que busca su lugar en el mundo. En este caso, el aprendizaje parece no acabar nunca: Agua Fría crece - y no sólo físicamente- y asistimos, con la niña primero, con la joven después, a una constante acción-reflexión acerca de algunas de las cuestiones que nos planteamos como seres humanos. En esta línea, también son “de iniciación” novelas como El guardián entre el centeno, de Salinger, Rebeldes, de Susan E. Hinton, Historias del Kronen, de José Angel Mañas, y hasta el mismísimo Lazarillo de Tormes.
El mundo que crea Rosa Montero es una gran metáfora del nuestro. En ese sentido, evoca otras lecturas de mundos alegóricos al estilo de 1984 , Rebelión en la granja (ambas de George
Orwell) , El señor de las moscas, de Willian Golding; también, en cierto modo, las de mundos fantásticos (Memorias de Idhun, de Laura Gallego, La historia interminable, de Michael Ende, o del mismo autor, Momo...)
Temblor está editado por Seix Barral; también reposa en el estante de cualquier biblioteca a la espera de que alguien, como hice yo, lo despierte por unos días...
(Aviso a almas sensibles: la dureza de algunas escenas se compensa con un aliento poético que salta desde la primera página...)
Temblor está editado por Seix Barral; también reposa en el estante de cualquier biblioteca a la espera de que alguien, como hice yo, lo despierte por unos días...
(Aviso a almas sensibles: la dureza de algunas escenas se compensa con un aliento poético que salta desde la primera página...)
Suena muy pero que muy interesante el libro, me lo apuntare para leerlo ^^
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