viernes, 22 de abril de 2011

FALSTAFF


Procedencia de la imagen

Es maravilloso comprobar que no faltan ocasiones para hablar de Shakespeare, ese hombre todo terreno de la escena universal. En este caso, la excusa es la representación de Falstaff que en estos días tiene lugar en Madrid, en el Teatro Valle-Inclán. Falstaff, que nunca tuvo el honor de ver que su nombre encabezase alguna pieza del inglés, es un personaje que pulula como Pedro por su casa por algunas de sus obras, como Enrique IV (primera y segunda parte) y en la comedia Las alegres casadas de Windsord.  Al parecer, la reina Isabel, fascinada por el personaje, le pidió al autor que le diese oportunidad de seguir vivo en alguna pieza más.

En las piezas históricas, sir Juan Falstaff es el compañero de juergas y francachelas del príncipe Enrique, llamado algún día a suceder al trono a su padre, Enrique IV, si no lo impiden los rebeldes encabezados por Mortimer que consideran que su subida al trono tras la muerte de Ricado II fue ilegítima. Al rey le preocupa que el príncipe pase más tiempo en la taberna "La Cabeza del Jabalí" que ocupado en los problemas de la corte.  En la comedia, que está ambientada en tiempo de Enrique IV, Falstaff juega al seductor de señoras casadas, pero le sale el tiro por la culata.

Juanito Falstaff es un símbolo de la carnalidad: está gordo, le encanta comer, el vino de Canarias y le pirra el Jerez. Le gustan toooodas las mujeres, es fanfarrón, ladroncete y mentiroso.  Su "catecismo" le hace preferir la vida al honor:

" [...]¿Es que el honor puede reponer una pierna? No. ¿O un brazo? No. El honor, ¿no tiene, pues, ninguna habilidad en cirugía? No. ¿Qué es el honor? Una palabra. ¿Qué es esa palabra de honor? Aire. ¡Un adorno costoso! ¿Quién lo posee? El que murió el miércoles. ¿Lo siente? No. ¿Lo oye? No. [...] (William Shakespeare, Obras completas, Tragedias, estudio, traducción y notas de Luis Astrana Marín, Madrid, Aguilar, 2003, pág. 631)

 Andrés Lima y Marc Rosich han hecho, a mi entender, una estupenda versión de este Falstaff.  En contra de lo que puedan sugerir las ropas modernas o el tono de "show"  televisivo de algunas escenas, Lima ha mostrado un Falstaff muy fiel al que creó Shakespeare encarnado en el actor Pedro Casablanc, quien lo interpreta estupendísimamente. Todos los ejes  dramáticos de Enrique IV están presentes en la adaptación, y las escenas más aplaudidas ("reídas", mejor dicho, no hubo aplausos hasta el final) están también en Shakespeare: los "lapsus linguae" de Doña Rauda (Carmen Machi), las salidas de tono del protagonista, la tropa que acompaña a Falstaff (como diría mi abuelo, el ejército de Pancho Villa), la interpretación en gallego-galés... 
Incluso el  Rumor, que ejerce como presentador y narrador a lo largo de toda la obra o adoptando cualquier otro papel que se tercie, como el de soldado, por ejemplo, es un personaje que sale de la segunda parte del Enrique IV. La mayoría de los actores dobla personaje, y el cambio tiene lugar ante el público. Lima le saca mucho partido a estas acciones, casi de "juego de elenco", como la lucha a "cámara lenta" que se desarrolla entre los partidarios de Percy y del rey, o la presencia de los actores-espectadores en el escenario (ya vimos esto en el último Shakespeare de Lima, su Tito Andrónico, en este caso con su compañía Animalario, de resultado bastante  desigual).

¿Qué tiene este personaje barrigón y juerguista, que ni siquiera alcanza a mirarse las rodillas? Algo tendrá, pues aunque Shakespeare le negó una obra con su nombre, Verdi le dedicó una ópera (LolaMu, te tiro el guante) y Orson Welles, el gran hombre del cine, una película. Astrana Marín dice en el prólogo de la edición citada antes que Falstaff es

[...] "la concepción humorística más grandiosa sobre la escena y  segunda en orden literario. Hemos indicado con esto que la primacía corresponde a Sancho Panza; Falstaff es el Sancho Panza inglés [...] (opus cit., pág. 66).

Un seductor, un tipo con gracia, este Fastaff.



6 comentarios:

  1. Los clásicos siempre son un seguro, en 4 ESO hace ya un par de años que leemos Hamlet en una versión adaptada de SM y la verdad es que les atrae y entretiene.
    Besos.

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  2. Yo también lo leo en clase de Literatura universal, aunque este año lo cambié por Macbeth, que además tuvimos la suerte de poder ver. Un beso. Romeo y Julieta es también una buena elección para 3º ESO.

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  3. Qué buena pinta, Carlota; ¡y parece que todavía estamos a tiempo de verlo! aunque ¡queremos hacer tantas cosas en tan pocos días...! en cualquier caso recojo ese guante encantada.
    Muchos besos y ¡viva Shakespeare!

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  4. ¡Es verdad! ¡No nos cunde! Ya sabía yo que el guante famoso no iba a caer en el vacío. Espero tu entrada con impaciencia (Por cierto, me encantó el programa que recomendaste, qué invento este de los podcast)¡Besos!

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  5. ¡Qué envidia me dais las que vivís en Madrid! Podéis disfrutar de representaciones teatrales y de actividades culturales que en Pamplona brillan por su ausencia. Pero gracias por traernos un pedacito a este blog. Ya nos contarás qué tal.

    Un abrazo.

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  6. Esa es la ventaja, Virginia; los inconvenientes los dejaremos para otra ocasión. Supongo que harán alguna gira, en la página del Centro Dramático Nacional puedes ver si hay alguna representación en Pamplona (Y si no, como dice la canción, vente un "finde" pa' Madrid!). Un abrazo.

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