Hoy se cumplen 100 años del nacimiento de Miguel Hernández, poeta al que hemos ido recordando en Internet con numerosas actividades. Hagamos que la Red se inunde con sus versos. Desde En ocasiones...leo libros nos sumamos a esta iniciativa del portal Leer.es y los blogs A pie de aula, Blogge@ndo, Repaso de lengua y Tres Tizas con este hermoso poema del Cancionero y romancero de ausencias, "un prodigio de emoción y sencillez", en palabras del poeta (y estudioso de la obra de Miguel Hernández) Leopoldo de Luis.
Ropas con su olor,
paños con su aroma.
Se alejó en su cuerpo,
me dejó en sus ropas.
Lecho sin calor,
sábana de sombra.
Se ausentó en su cuerpo.
Se quedó en sus ropas.
(Miguel Hernández. La savia sin otoño.
Introducción y selección de Leopoldo de Luis,
Barcelona, Círculo de Lectores, 1991)
Desde el Instituto de La Cañada, cerca de estas vegas del Jarama por las que el poeta paseó en alguna ocasión, y donde le detuvo la Guardia Civil a principios de 1936 -¿qué hace este hombre solo, contemplando el paisaje, en medio de estos fríos y estas nieblas?- le hemos recordado y homenajeado como podéis ver en los siguientes enlaces:
Gracias por el recordatorio, Carlota. "Me he copiado de ti" una vez más. (Me ha encantado el dibujo de Benjamín Palencia pero me parecía mucho copiártelo también je, je.)
ResponderEliminarMuchos besos.
Lo que seduce de Miguel Hernández es la carnalidad e intensidad de sus imágenes que provienen de su sentimiento de pertenecer a la tierra. Incluso en sus poemas más gongorinos se percibe esa influencia de lo elemental, de lo corpóreo. La mujer no es soñada sino carne palpitante. Igual que en este poema se nos habla de ropas llenas de olor corporal, lecho vacío, permanencia en el olor impreso en esas ropas. Cada verso de Miguel es un prodigio. Espero que este homenaje sea el comienzo de la relectura en serio de este poeta formidable.
ResponderEliminarUn saludo, salido de la tierra, como las patatas y Miguel Hernández.
Lola, el dibujo de Benjamín Palencia lo hemos puesto muchos profes (fíjate en la columna de la derecha) porque era el que ilustraba la entrada de los blogs de los que partía la propuesta. Me ha encantado tu homenaje musical (incluida la última incorporación de la "Elegía" de Jarcha). Muchos besos.
ResponderEliminar"Me llamo barro, aunque Miguel me lame"...Efectivamente, es una poesía rebosante de cuerpo y elementalidad, Joselu, lo has descrito a la perfección. (¡Me ha encantado ese saludo salido de la tierra, patatero y hernandiano a partes iguales!)Un abrazo, corpóreo y elemental.
ResponderEliminarNo quería que terminara el día de Miguel sin pasar por aquí, ¡preciosa entrada, como siempre!
ResponderEliminarMe gusta la nueva imagen del blog, ¿eres tú la de la cabecera?
Gracias por tus visitas a Blogmaníacos.
Abrazos.
Pues yo encantada de que te pases, Conchita. La de la cabecera es mi hija, yo estoy "en la sombra", a su izquierda (¡¡es que ella es mucho más guapa!!). Besos.
ResponderEliminar"Diez horas, veinte horas...Un día, dos días...Cuando tienes la certeza de que vas a morir sólo te quedan los recuerdos y un puñado de lágrimas".Estas palabras pronunciadas por M.Hernández unas horas antes de morir(según J.Rocamora,su compañero de celda);demuestran ya la eternidad de su vida, mientras otros están muertos en vida.Gracias Miguel por existir.
ResponderEliminarNo conocía el testimonio, Mª José, y es verdaderamente impresionante...Muy interesante es también la reflexión posterior. Un beso, compañera.
ResponderEliminarTe decía yo ayer (no sé adónde habrá ido a parar mi comentario) que estos poemas finales del "Cancionero" son, sin duda, lo mejor, lo más sencillo, intenso y lírico de la obra de Miguel Hernández. Muy buena elección, Carlota. Y mira que, a estas alturas del centenario, era difícil elegir. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Biblos, a mí son los poemas que más me gustan. ¡Es difícil decir tanto en tan poco! Abrazos.
ResponderEliminarMagnífica elección, Carlota. El poema me parece precioso. ¡Cómo se puede expresar tanto en tan pocas palabras y de una manera tan llana y directa!
ResponderEliminarUn saludo
Gracias, Virginia. De Miguel Hernández me gustan especialmente estos poemas cortos, pero intentos. ¡Saludos!
ResponderEliminarGracias, Carlota, por unirte al homenaje.
ResponderEliminarHa sido un placer, Lu.
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