viernes, 18 de junio de 2010

ADIÓS A JOSÉ SARAMAGO



A pesar de que aún tengo exámenes, trabajos y cuadernos que corregir, notas que poner y un catarro más propio de febrero que de junio que cuidar, no he querido dejar de escribir esta reseña para dejar constancia de que hoy ha muerto el escritor ibérico José Saramago. Una de las más originales miradas del siglo XX, que supo recrear ficciones insólitas que rayan lo fantástico y lo onírico y que al mismo tiempo conmueven por su profundidad humana, social y filosófica: la Península Ibérica convertida en una balsa de piedra que se desgaja de Europa y navega a la deriva por el Atlántico; el país cuyos habitantes se quedan ciegos sin saber por qué y han de sobrevivir en un mundo a oscuras; la alfarería que muta en centro comercial y acaba absorbiendo todo vestigio de naturaleza, o el país en el cual la gente deja de morir...
A Saramago le dieron un merecidísimo Premio Nobel en 1998 que se une a otros tantos reconocimientos de su obra (poética, ensayística, narrativa y dramática) de la que destacan magníficas novelas como La balsa de piedra, Historia del cerco de Lisboa, Ensayo sobre la ceguera, La caverna, El año de la muerte de Ricardo Reis, El Evangelio según Jesucristo (cuyo veto en Portugal le llevó a vivir en Lanzarote, donde ha muerto hoy), Ensayo sobre la lucidez o El viaje del elefante entre otras; libros de relatos como Casi un objeto o de viajes como Viaje a Portugal. Últimamente también mantenía un blog. Defensor del iberismo -incluso matrimonial: su esposa, la periodista española Pilar del Río es también su traductora- tengo que decir que me ha decepcionado un poco. Yo pensaba -y mira que ya me pasó con Francisco Ayala, es que no aprende una- que, al igual que los personajes de Las intermitencias de la muerte, José Saramago, el niño pobre que se creó a sí mismo, no se iba a morir nunca.



8 comentarios:

  1. "Aquí acaba el mar y empieza la tierra". Que ella le sea leve.

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  2. Las lágrimas son inevitables, sus libros inmortales.

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  3. Anónimo00:47

    Es cierto, hay cosas que no se aprenden; pero además, es necesario no aprenderlas nunca...
    ¡Precioso tu homenaje!

    Saludos desde Lanzarote

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  4. "No es verdad. El viaje no acaba nunca. Sólo los viajeros acaban. E incluso éstos pueden prolongarse en memoria, en recuerdo, en relatos. José Saramago, Viaje a Portugal. Saludos Biblos, Mª Eugenia y anónimo de esa isla preciosa que es Lanzarote.

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  5. También yo lo lamento en el alma; me ha parecido siempre el Nobel más próximo, y me asombraban su enorme capacidad de trabajo y su inmensa lucidez. Un sabio, me parece.

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  6. He oído no sé dónde qué Saramago parecía uno de esos viejos de pueblo que asombran por lo que han vivido y por lo que saben. Él, además, por lo que deja escrito. Un beso, Lola.

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  7. Me ha encantado tu sentida entrada. Te dejo una entrada en la que he colocado un vídeo con reflexiones de Saramago y otros artículos por si te valen de algo.
    Un abrazo

    http://creaconlaura.blogspot.com/2010/06/reflexion-de-saramago.html

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  8. Muchas gracias,JJ, seguro que sí, Un abrazo.

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