Imaginemos una chica que vive en el Londres de 1874. Acaba de perder a su padre, y vive con su madre en una típica mansión victoriana. Tiene los nervios un poco débiles y una madre un poco rígida y obsesiva, así que, para distraerse, decide ocupar parte de su tiempo en el voluntariado e ir a la cárcel de Millbank como visitadora. Esto, escribir un diario y tomar su dosis nocturnal de cloral es lo que le hacen la vida un poco más llevadera. Se siente útil: tal y como le indica el director de la prisión, su misión es hacer reflexionar a las internas sobre los delitos cometidos y darles una conversación benéfica. Pero nada más: ni llevar recados, ni intimar, ni contarles nada del mundo exterior. Esta chica es Margaret Prior, quien descubre que la alineación, la tortura y la aceptación de una vida mísera son los aderezos que adornan la mole gris de la cárcel de Millbank, la más dura cárcel de mujeres de toda Inglaterra.
La ventana por la que nos asomamos a esto es el diario de Margaret, que se inicia el 24 de septiembre de 1874 y acaba el 21 de enero de 1875. Pero no es la única fuente de información. Conocemos también el diario de otra mujer, Selina Dawes, una médium que está presa en Millbank acusada de provocar la muerte de una mujer y de causar graves heridas a otra en una sesión espiritista. El de ésta empieza el 3 de agosto de 1873 y retrocede hasta el 1 de agosto del mismo año, justo antes de entrar en la cárcel. Selina es una mujer de belleza etérea que llama la atención de Margaret desde el primer momento en que la atisba desde la mirilla de la puerta de la celda: tiene unas violetas entre las manos. Selina destaca sobre todas las internas a los ojos de Margaret: es una dama, una mujer tocada por la gracia y por la desgracia al mismo tiempo. Margaret descubre en sus charlas que está, a su manera, tan presa como ella, y que tienen muchas cosas en común: son espíritus afines, como le dice Selina. Ésta habla a Margaret de sus experiencias espiritistas y Margaret entra en una espiral en la que todo es posible: mechones de pelo que viajan desde Millbank hasta la habitación de Margaret, flores que nadie envía…
Afinidad es como un novelón del XIX, pero escrito por una joven escritora en los albores del XXI, Sarah Waters, quien es autora también de otras novelas como El lustre de la perla y Falsa identidad, también ambientadas en la época victoriana. Por esta última recibió el British Book Award a la mejor novela de 2002. En Afinidad hay pasiones desgarradoras, suspense, miedo a la soledad… También hay trampantojos y una historia de amor más dolorosa que folletinesca. Lo cierto es que la época victoriana y el XIX europeo en general, son apasionantes en la novela, en el arte, en el cine…Pero, yo estoy encantada de no tener que llevar corsés…
La ventana por la que nos asomamos a esto es el diario de Margaret, que se inicia el 24 de septiembre de 1874 y acaba el 21 de enero de 1875. Pero no es la única fuente de información. Conocemos también el diario de otra mujer, Selina Dawes, una médium que está presa en Millbank acusada de provocar la muerte de una mujer y de causar graves heridas a otra en una sesión espiritista. El de ésta empieza el 3 de agosto de 1873 y retrocede hasta el 1 de agosto del mismo año, justo antes de entrar en la cárcel. Selina es una mujer de belleza etérea que llama la atención de Margaret desde el primer momento en que la atisba desde la mirilla de la puerta de la celda: tiene unas violetas entre las manos. Selina destaca sobre todas las internas a los ojos de Margaret: es una dama, una mujer tocada por la gracia y por la desgracia al mismo tiempo. Margaret descubre en sus charlas que está, a su manera, tan presa como ella, y que tienen muchas cosas en común: son espíritus afines, como le dice Selina. Ésta habla a Margaret de sus experiencias espiritistas y Margaret entra en una espiral en la que todo es posible: mechones de pelo que viajan desde Millbank hasta la habitación de Margaret, flores que nadie envía…
Afinidad es como un novelón del XIX, pero escrito por una joven escritora en los albores del XXI, Sarah Waters, quien es autora también de otras novelas como El lustre de la perla y Falsa identidad, también ambientadas en la época victoriana. Por esta última recibió el British Book Award a la mejor novela de 2002. En Afinidad hay pasiones desgarradoras, suspense, miedo a la soledad… También hay trampantojos y una historia de amor más dolorosa que folletinesca. Lo cierto es que la época victoriana y el XIX europeo en general, son apasionantes en la novela, en el arte, en el cine…Pero, yo estoy encantada de no tener que llevar corsés…
¡Qué bonita me pareció siempre esa época, a pesar de los corsés, ja, ja! Cuando era jovencita imaginaba vivir en Cumbres borrascosas o ser la institutriz de algún señor Rochester. Si tu nos la recomiendas, la leeré; ¡seguro que me gusta!
ResponderEliminarBesos.
A mí me parece bonita y siniestra a partes iguales: quizá por eso fascina. Pues si la lees, ya me contarás.(A lo mejor mañana está todo cortado por la nieve y tenemos que quedarnos en casa, en el sillón, con la manta, oyendo música y con un buen libro entre las manos...En fin...Resignación)
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