Todos los hombres yacen dormidos, largo tiempo ha pasado desde que el carro de Helios surcó el cielo arrastrando al solemne Sol fuera de aquellos lares. Todo el mundo ya soñaba. Pero aquella noche, Morfeo no fue bienvenido en todas las casas, pues una persona permanecía todavía despierta: Ulises.
En la proa de su barco surcando el mar se encontraba. Absorto mirando a la bella luna, pensando en su amada Penélope, evocando sus recuerdos de cuando estaba en su alcoba entre sus cálidos brazos.
Pasaban las horas y Ulises seguía mirando aquella circunferencia que alumbraba el cielo en todo su esplendor acompañada por vivaces luces danzarinas que pintaban la mar serena de plata.
En toda esa suma calma, estridente bailarín hizo presencia, Dionisio, que regresaba de machacar flores con su mortero ebrio y deleitoso, el cual pronto advirtió la presencia del infeliz Ulises en la proa admirando a la luna. Baco, brillante malicioso, susurro al oído de la bella Selene, la cual había estado escuchando los lamentos de Ulises, que engañase al descuidado mortal mostrándole la imagen de su mujer reflejada en ella; Selene así lo hizo.
Cuando Ulises vio a su mujer se quedo atónito, Dionisio poniendo voz de fémina le hizo llamar con dulces cantos; era el punto débil de Ulises, habían dado con su talón de Aquiles, Penélope.
La imagen de Penélope en la luna desapareció, Ulises la llamó a gritos despertando así a sus compañeros. Repentinamente, la imagen de su dulce esposa se refractó en el reflejo de Selene en el mar, y Dionisio hizo que Ulises, desde arriba, viese en el agua, en la proa que se había convertido en una terraza, una mesa repleta de exquisiteces. Penélope le llamaba para cenar y Ulises bajó las escaleras hacia el jardín, saltando por la borda.
Los compañeros de Ulises ya despiertos al oír el zambullido fueron corriendo hacia la proa, pero no vieron a nadie. Alarmados, uno pudo avistar en la lejanía un cuerpo flotando. Era Ulises. De inmediato se tiró al agua yendo hacia su rescate, mientras al timón otro daba la vuelta al barco. Dionisio junto a Selene reían a carcajadas al admirar aquella escena tan cómica para ellos. Finalmente, Ulises fue rescatado, recuperado y por fin Morfeo pudo otorgarle con su visita.
Alberto Trijueque Pegalajar 4ºA
¡Qué barbaridad! ¡Qué cantera de creadores la de La Cañada! Enhorabuena, Alberto.
ResponderEliminaralaa k boniito personalmentee me encantaaaa=D
ResponderEliminarsiessk trijuu eres el mejor;)
Estoy de acuerdo con BIBLOS.
ResponderEliminarLos de cuarto pisan fuerte, son realmente buenos.
Me siento inutil a su lado.
Nos vemos en los pasillos =).
http://relatosdeprincipiantesomasavanzados.blogspot.com/
¿Será posible, Kou Shun'u? Tú lo que tienes que hacer (además de estudiar) es retomar "La Guerra de Alkon", que nos tienes en ascuas...
ResponderEliminarEl tiempo de estudio es inversamente proporcinal al número de capitulos de La Guerra.
ResponderEliminar¡Se nota que soy de ciencias!