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Dos niñas de 13 y 5 años escapan del
horror nazi en la Francia de 1942. Acarrean una pesada maleta llena de
recuerdos, fotos, documentos...y un manuscrito de la madre muerta protegido por una
vieja carpeta de cuero marrón. Su padre les confió el preciado tesoro antes de
ser detenido por los gendarmes y conducido a un campo de concentración, y
después a otro, y después al infierno de Auschwit, donde poco después morirá
gaseado, como tantos miles. A la madre hace ya meses que no la ven, desde el
verano, justo un par de días después de finalizar Suite francesa, su última novela. También fue asesinada en el
horror de Auschwit.
Las niñas han podido salvarse gracias
a la maestra, que las ha escondido en su casa. Desde el pueblecito de
Issy-l-Éveque, en la Borgoña, inician un calvario que las llevará por sótanos,
conventos, caminos...siempre arrastrando la maleta, siempre protegiendo la
vieja carpeta que a veces les servirá como almohada.
Las niñas llegan penosamente hasta
Niza en busca de su abuela materna. "Fanny", como le gustaba hacerse
llamar, ni siquiera se molesta en abrirles la puerta y les indica que se
marchen a un orfanato.
Las huérfanas errantes son Denise y
Elizabeth. Son hijas de Irene Némirovsky, y nietas de un importante y rico banquero
(perdón por el pleonasmo) ucraniano que
huyó de Rusia cuando los bolcheviques pusieron precio a su cabeza, y de Michel
Epstein, un ingeniero judío que trabajaba en la Banque des Pays du Nord antes
de perder todos sus derechos como ciudadano cuando se promulga en 1940 una ley
sobre "los ciudadanos extranjeros de raza judía".
Irène es escritora y, por supuesto,
gran lectora. Admira a Turgueniev, a Chéjov y a Oscar Wilde. Había comenzado a
escribir a los 14 años, después de la muerte de su aya. Su padre pasaba el
tiempo de viaje y atendiendo a sus negocios, y su madre, que jamás le prodigó
un beso o una caricia, era una mujer
fría y distante que la tuvo solo por complacer a su marido, y que ocupaba el
día en atusarse frente al
espejo y en buscar la manera de parecer
más joven. Hasta tal punto que siguió vistiendo a Irène como a una niña pequeña
cuando ya era una adolescente.
Irène tuvo una infancia solitaria y triste y una educación exquisita (hablaba ruso,
francés, inglés, sueco alemán e incluso vasco debido a algunos veranos en
Biarritz), pero los besos y los abrazos eran de su aya, que durante los veranos se hospedaba con
ella en casas de huéspedes mientras sus padres lo hacían en hoteles de lujo.
Nunca ocultó el odio que sintió hacia su madre, quien aparece reflejada en otras
madres terribles y odiadas como la de El
baile, su segunda novela publicada en 1930.
Los Némirovsky, como tantos otros "rusos blancos", huyen de Rusia en 1918, y tras unos meses en Suecia
embarcaron hacia Francia. El padre pronto reconstruyó su fortuna al mando de un
banco en París. Irène se matriculó en la Sorbona y se licenció en Letras. David Golder es la primer novela que
publica. Entusiasma al editor Bernard
Grasse, y a la crítica, hecho al que la joven autora no da mucha importancia.
Estos años de París son de fiesta, de champán, de bailes, de
pretendientes...Irène conoce a Michel en una de esas fiestas, en 1926, y pronto
se casarán. Tres años después nacerá Denise, la niña que custodiará la maleta
13 años después y, en 1939, la pequeña
Elizabeth,. A estas alturas ha publicado nueve novelas, y ha tomado la decisión de
convertirse al cristianismo ante la cruzada anti-judía que sacude a Europa. A la
propia Irène se le ha tachado de antisemita por recrear en sus novelas muchos
de los tópicos, como el del amor por el dinero o el de los judíos que medran a
costa de cualquier precio (como Dario
Asfar, el inquietante médico de El maestro de almas).
Pero volvamos al contenido de la maleta.
Suite francesa son las últimas palabras de la autora. Empieza a escribirla cuando ya están todos
instalados, la pareja y las niñas, en Issy-l-Éveque. Irène sale todos los días
a caminar y escribe sobre lo que observa
a su alrededor. Toma notas. Elabora una lista con los personajes. Intenta
reflejar la situación en la que estaba Francia en plena invasión alemana. Denise,
su guardiana, no fue capaz de leer esas líneas hasta finales de los años 70.
Era mucho dolor. Ella sí recuerda a una madre tierna, cariñosa y protectora con
su familia. Ayudada de una lupa (la letra era mínima para ahorrar tinta) transcribe
la novela, que no verá la luz hasta el año 2004. Empieza así:
"Caliente,
pensaban los parisinos . El aire de la primavera. Era la noche en guerra, la
alerta. Pero la noche pasaría, la guerra estaba lejos. Los que no dormían, los
enfermos encogidos en sus camas, las madres con sus hijos en el frente, las
enamoradas con los ojos ajados por las lágrimas, oían el primer jadeo de la
sirena. Aún no era más que una honda exhalación, similar al que sale de un
pecho oprimido. En unos instantes, el cielo se llenaría de clamores."
(Barcelona, Salamandra,
2006, pág. 29)
(Creo que fue Hortensia Lago, desde su Lengua en literatura, quien me recomendó a la autora hace algunos años. Mi agradecimiento desde aquí)
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Muchas gracias por la recomendación. No conocía a la autora y tiene muy buena pinta. Lo apunto en mi lista de lecturas pendientes.
ResponderEliminarMuy buena entrada para conmemorar el Día de la Mujer. Gracias por el regalo, Carlota.
Un abrazo
Hermosa y conmovedora historia. No conozco a Irene Némirovsky, pero sin duda buscaré su obra.
ResponderEliminarHay quienes dicen que el amor maternal es innato pero estoy convencida de que es cultural. La anécdota que relatas de la abuela materna es espeluznante.
Un abrazo fuerte, querida Carlota.
Virginia, María Eugenia, merece la pena. Yo he leído "El baile", que es una novelita que puede perfectamente leerse en secundaria, en español o en francés, y "El maestro de almas". Estoy con" Suite francesa" y me está gustando mucho. "Un niño prodigio", (por su brevedad, por el protagonista joven como"El baile")es también una lectura recomendable para secundaria. Némirovsky plantea temas universales, y no sé si será una barbaridad compararlo o no, pero me recuerda el tono y la agudeza de Tolstoi o Dostoyevski. Un abrazo a las dos.
ResponderEliminarComo Virginia y María Eugenia te agradezco la recomendación, Carlota. Leeré a Irene Némirovsky.
ResponderEliminarFeliz fin de semana, compañera.
¡Igualmente para ti, compañera! !Que descanses!
EliminarGenial. Hay por ahí un vídeo estupendo sobre esto.
ResponderEliminarhttp://bibloranca-biblos.blogspot.com.es/2010/10/sinfonia-inacabada.html
El vídeo es estupendo, y la reseña de Biblos también. No cayó en saco roto: Estoy en plena "Suite". Gracias por recordármelo :-)
EliminarAcabo de descubrir a esta escritora, leyendo "El Baile". Y desde luego pienso repetir. Gracias por tu post.
ResponderEliminarHe leído varios libros de esta gran autora, me causa mucha tristeza el terrible desenlace que tuvo su vida, que además cortó una prolífica obra literaria.
ResponderEliminarUno de mis favoritos es Jezabel, refleja la importancia que se le puede llegar a dar a la apariencia física y la vida mundana, cayendo en la locura.
Gracias por la recomendación, Carolina; ese no lo he leído. Comparto la admiración por la escritora. Un saludo.
ResponderEliminarAyer nos hablaron de Irene en el ateneo de Madrid. Qué historia tan extraordinaria! Uno no sabe qué decir ni qué pensar.
ResponderEliminarTienes razón, Nunci. Creo que le gustaría saber que leemos sus novelas y admiramos su talento y su valor. Un saludo.
ResponderEliminarEl caso Kurilov es excelente tambien. Lo que no es exacto en la biografia de Irene Nemirovsky es que Suite Francesa es una obra inconclusa. Eran 5 libros de los que llego a escribir dos y preparo las claves para escribir el tercero, cosa que nunca llego a hacer.
ResponderEliminarGracias por la recomendación, "Unknown", y por la información, aunque no sé a qué biografía en concreto te refieres, porque creo que en la entrada yo no hago ninguna referencia a eso que apuntas. Un saludo, y muchas gracias por comentar.
ResponderEliminarHoy me ha contado toda esta historia de Irene Nemirovsky su bisnieta, a la que conozco desde hace unos meses. Me parece absolutamente apasionante la historia.
ResponderEliminar¿A la bisnieta? Qué lujo, apreciado anónimo. Un saludo, gracias por dejar tu comentario.
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