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Querida troupe:
Como os anuncié, intentando dotar de algo de normalidad a este caótico inicio de curso, esta semana empezamos las clases teóricas. Vamos a partir de algo tan básico y necesario como es la comunicación, pues el teatro es una excelente forma de comunicarse y expresar ideas, emociones y sentimientos. En palabras de Federico García Lorca:
"El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y, al hacerse, habla y grita, llora y se desespera".
Federico G. Lorca en La Voz de Madrid, 7 del IV de 1936).
Ya sabemos que la comunicación consiste en que un emisor transmite información a un receptor. El ser humano se sirve sobre todo de la comunicación verbal o lingüística para relacionarse, pero hoy vamos a centrarnos en la comunicación no verbal, es decir, aquella en la que no necesitamos palabras.
El cuerpo es el instrumento expresivo del intérprete. Nuestro rostro, nuestra mirada, nuestras manos, la postura de nuestro cuerpo son capaces de transmitir información y de hacer llegar emociones y sentimientos de manera muy eficaz.
Esta propuesta pretende insistir en la importancia de la comunicación no verbal a partir de unas actividades diseñadas por Javier Escajedo en El tinglado. En torno a la figura del gran mimo Marcel Marceau, traduciremos con palabras algunos de los vídeos que protagoniza el gran artista, y después realizaremos el ejercicio contrario: será nuestro cuerpo el que exprese unas determinadas ideas.
1. ¡Veamos la presentación!
2. ACTIVIDADES: De la imagen a la palabra.
2.1. Observa los siguientes vídeos, por ejemplo: árboles (1); estatua (4); fábrica (5); serenata (7); serpiente (8); viento (9); horror (presentación)
y Café de París.
Fíjate en el potencial expresivo de la cara y del cuerpo, en la manera de traducir con gestos y posturas una idea. Una vez hecho esto, la tarea consiste en que expreses con palabras lo que ves. Te propongo para ello el vídeo "Café de París". Después lo ponemos en común y destacamos lo que más nos ha llamado la atención.
3. Dos vídeos del gran Chaplin. No nos extraña que el mimo Marcel Marceau se inspirara en Charles Chaplin. A continuación reproducimos dos famosas escenas de La quimera del oro y El gran dictador respectivamente.
Fíjate cómo Chaplin es capaz de convertir un objeto, en este caso el pan y los tenedores, en un elemento alrededor del cual se desencadena una acción. Podemos conseguir que los objetos sirvan como motivadores de un acción, a la vez que podemos dotarlo de unas funciones diferentes para las que están destinados inicialmente. Piensa en qué nuevas funciones podrían tener algunos objetos de la vida cotidiana: silla, periódico, escoba, vaso...
Que la música tiene un enorme poder expresivo no lo voy a descubrir yo a estas alturas (mejor pincha en Ab...Música y más, el blog de Lola, la profesora de Música.) Chaplin lo aprovecha al máximo, y no pudo escoger mejor la pieza y la secuencia dramática que desarrolla a su compás. Piensa qué otras acciones podrían ir acompañadas de esta misma música...
4. Y ahora…¡Acción!
a) Por parejas, tríos o cuartetos, escogemos acciones de la vida cotidiana: comer en familia, desayunar, ir en el metro, jugar al tenis, preparar la comida, hacer una cama entre varias personas, doblar la ropa...
Primero pensamos qué vamos a hacer; conviene interiorizar la acción para ser conscientes de qué partes del cuerpo vamos a mover, qué emociones queremos transmitir y qué gestos vamos a hacer.
Vamos a sincronizar nuestros movimientos; podemos nombrar un director de juego (puede ser cualquiera de los miembros que participan) que pare la acción, que mande que se ralentice, que se acelere…
Podemos escoger música para acompañar esta pequeña representación, para que nos ayude a crear una determinada atmósfera o para imprimir un determinado ritmo.
b) A LA MANERA DE CHARLOT
A partir de la "Danza Húngara nº 5" de J. Brahms, preparad en grupos (mínimo tres personas) un ejercicio de expresión corporal, del estilo del propuesto anteriormente, en el que la música marque las acciones y los movimientos.
Al mismo tiempo, y también imitando al Chaplin de los panecillos, vais a escoger un objeto cualquiera alrededor del cual se desarrolle la representación.
¡A trabajar!
(Retomo, por el momento, la actividad en el blog, sin perder la perspectiva de la difícil tarea que todavía tenemos por delante la comunidad educativa madrileña (y no es la única), que no es otra que intentar devolverle a la escuela pública madrileña lo que la Consejería le ha quitado y que tozudamente se empeña en negar. He aquí un buen ejemplo de cómo las palabras pueden decir una cosa y los hechos, justo la contraria. Si es que vamos a tener que recordarle a la Consejera y a la Presidenta las máximas conversacionales de Grice, pues está claro que las desprecian olímpicamente...)
¡Menuda actividad bonita has preparado, Carlota! Me encantan estos "ejercicios" que propones (y esa óptica que sugieres je, je) Qué genial es Chaplin y cómo les gusta a los alumnos, por cierto. Muchos besos y muchas gracias por la "recomendación" je, je.
ResponderEliminarBesitos, camarada.
Gracias, Lola, ya te contaremos los resultados. ¡Chaplin debería ser obligatorio en las escuelas!
ResponderEliminar¡¡Muchos besos!!